Una historia de 229.300 clientes
En los 26 años que la compañía lleva instalada en la región, el gas ha llegado a 70 municipios, de los cuales más de la mitad están en la provincia de Toledo. Sus «planes de gasificación» pasan porque en cinco años 1,2 millones de personas se beneficien de esta energía
Aunque ahora parece que el gas es casi como el agua, que das al grifo y sale, como todo en la vida esta fuente de energía también tuvo su fecha de inicio de explotación, que en España se sitúa a finales de los años ochenta, principios de los noventa. También por aquella época, 1989, Gas Natural se instaló en la región. 26 años después de aquel primer beso, Miguel Martín de Pinto, director general de la compañía en Castilla-La Mancha, habla para ABC de pasado, presente y futuro.
Situación actual
«Al cierre de 2014, Gas Natural tenía 229.300 clientes y y 3.600 kilómetros de red». Cada cliente es un hogar y teniendo en cuenta una media de cuatro personas por vivienda, el gas llega a casi el 50 por ciento de la población castellano-manchega (con unos 2,1 millones de habitantes). Por provincias, Toledo es líder con 61.830 clientes. Le siguen Ciudad Real con 59.459, Albacete con 52.102, Guadalajara con 41.615 y Cuenca con 14.261.
En total, 70 municipios cuentan con Gas Natural. La provincia líder vuelve a ser Toledo con 37, más de la mitad; mientras que en Cuenca el gas solo ha llegado a la capital, Tarancón y San Clemente. Los últimos municipios en incorporarse a la red han sido Malagón, La Solana, Membrilla, Polán, Cobisa o Bolaños de Calatrava. Según Miguel Martín, la inversión de la compañía en la última década ha sido de 250 millones de euros, 25 por año.
Incertidumbre relativa por el nuevo Gobierno
2002 fue una fecha clave para la industria del gas en España. Aquel año se liberalizó el sector, lo cual significa que, además de Gas Natural, empezaron a intervenir otros operadores. En Castilla-La Mancha, la competencia se llama Redexis, aunque según Miguel Martín, su volumen de negocio es muy inferior al de su compañía. En cualquier caso, al no haber solo una empresa, es la Dirección General de Industria la que analiza las condiciones de uno y otro y decide quién se instala en el municipio.
«Con el cambio político, estamos en un impasse, ya que, por ejemplo, la Dirección General de Industria aún no está conformada. Sabemos que va a depender de la Consejería de Economía (antes dependía de Fomento), y estamos a la espera», dice. Pese a la obvia incertidumbre, no se alarma. «La relación con el anterior Gobierno ha sido muy buena y con este Gobierno seguramente también la tendremos. Esto interesa muchísimo porque genera mucho trabajo, todo lo hacemos con empresas locales. Además, das la opción a los polígonos industriales y a los comercios de que tengan una energía más barata, que les permita ser más competitivos», dice Miguel Martín, vendiendo su producto.
«Planes de gasificación»: Objetivo 2020
Hasta la fecha, el ritmo de crecimiento de Gas Natural en Castilla-La Mancha es de unos «15.000, 16.000 ó 17.000 clientes anuales». Como cualquier empresa, los objetivos para el futuro son ambiciosos y los «planes de gasificación» pasan por «llegar a los 300.000 puntos de suministro en 2020».
«Esto supone que se daría servicio a 1,2 millones de personas en la región, aproximadamente el 60 por ciento de los habitantes», relata quien cree que «si todos los trámites van en la línea de lo esperable...» la inversión podría incrementarse hasta los 30 millones de euros anuales. «La intención es estar en 20 poblaciones nuevas cada año», insiste.
Con la crisis económica que España ha sufrido en los últimos años, puede sorprender el crecimiento continuo de la compañía. Su director general en Castilla-La Mancha explica que en otras zonas, como por ejemplo Reino Unido o Centroeuropa, «prácticamente todo el mundo tiene gas natural de origen, es una energía que se da por hecho».
Sin embargo, en España, lo dicho: la industria del gas no se empezó a explotar hasta hace solo unas décadas. «Si este país hubiera tenido un grado de maduración de estas redes, como lo tiene Reino Unido, hubiéramos estado muy estancados».
Cuestiones básicas de cómo funciona el sector
Una pequeña guía para iniciáticos. En la industria del gas hay tres agentes: el transportista, el distribuidor y el comercializador, que es el que tiene la relación directa con el cliente. Gas Natural, lo que aquí ocupa, es el distribuidor. ¿De qué se encarga? «De fomentar el crecimiento de las redes y de los puntos de suministro para que luego los comercializadores (Iberdrola, Endesa...) ofrezcan al cliente diferentes alternativas». Gas Natural pone el contador en la vivienda y le dice al comercializador: «Este cliente ha consumido tanto gas». En base a ello, el cliente paga la cantidad acordada con el comercializador y este a su vez le paga un «peaje» al distribuidor «por utilizar nuestros tubos».
En España, esta energía fósil entra por tres gaseoductos principales: uno que pasa por el Estrecho de Gibraltar, otro por Almería y un tercero por los montes de Navarra. El dato es importante porque hasta hace muy poco era uno de los dos condicionantes que Gas Natural tenía para instalar una red de distribución. De ahí, por ejemplo, que si se extiende un mapa se observe que muchos de los 70 municipios de la región que tienen gas están pegados unos a otros.
«Hasta este año, el gaseoducto marcaba la tendencia por donde nos desarrollábamos», explica Miguel Martín, quien añade que ahora hay «mayor flexibilidad: vamos a poner más plantas temporales». El otro condicionante clave para llevar el gas al municipio es su tamaño. «Para hacer rentable la inversión, al menos tienen que tener 3.000 habitantes porque no todos los del pueblo te van a contratar el gas», dice.