Tribunales
El acusado de abusar sexualmente de su hija menor dice que lo cosentía
La sección 2ª de la Audiencia Provincial juzgó ayer a dos padres, el hombre acusado de haber abusado sexualmente de forma continuada de su hija cuando ésta contaba con 13 años y hasta que alcanzó la mayoría de edad, y la madre acusada por el Ministerio Público de haber sido cómplice de esta situación. Para el padre, Carlos M.M., la Fiscalía solicita 12 años de prisión, mientras que para la madre, la pena es de 6 años de cárcel.
En el juicio, el acusado reconoció que le realizaba tocamientos a su hija porque la niña quería, «cuando se sentaba sobre mis piernas» y que sólo en una ocasión, cuando la menor dormía en el sofá le hizo tocamientos «pensando que era mi mujer; cuando me di cuenta, le dije que lo sentía».
La madre, por su parte, María Trinidad G.S., negó que ella permitiera dichos abusos al pedirle a su hija que se acostara con su padre, «porque ella no tenía ganas», tal y como aseguró la menor al presentar la denuncia. Dijo que se enteró de todo lo sucedido el día en que su hija, ya con 18 años y viviendo en casa de la tía de la menor, hermana de la acusada, llamó al padre para felicitarle por su cumpleaños y le contó lo sucedido. «Me dijo, tu marido me ha violado y tú me has obligado».
La niña, ya a poco de cumplir 19 años de edad, declaró protegida por una mampara que apenas conocía a su padre puesto que con 3 años se fue de la casa y volvió cuando ella contaba con 13 y que primero fueron «tocamientos en la cama» y después, «cuando cumplí los 16 años, mi madre me decía que tenía que acostarme con mi padre en la cama» y entonces sí hubo penetración vaginal. «Me aguantaba por miedo», aseguró, y relató que su padre le había amenazado con matar a su madre y sus dos hermanos con un cuchillo jamonero que tenía en la mesita de su habitación, si lo contaba. Todos estos episodios los sufrió hasta que con 18 años decidió denunciarlos. «Ya no aguantaba más, no sabía qué hacer».
La tía de la niña, con la que convive actualmente y que la acogió en su casa, aseguró que es una niña muy tímida, que siempre quería estar en la calle. «Era una niña muy triste», declaró.
Por su parte, los peritos que testificaron en la Sala confirmaron que la familia está desestructurada y con múltiples problemas. La niña, según los psicólogos que la han tratado, estaba traumatizada y sufría un retraso emocional.