Miles de personas se bañan con las vacas
Más de 14.000 aficionados se dieron cita en la suelta de reses en el coso fluvial del río Tajo, en Trillo
Tarde de calor, fiesta y toros la que se vivió el sábado en la vigésima edición de las Vacas por el Tajo de Trillo, puesto que la fiesta se anunció por primera vez en el programa de fiestas del año 1996 con el nombre de «Sorpresa en la Isla».
Música y toros protagonizaron un evento que suscita cada año una enorme afluencia de público, puesto que además de la suelta de reses, estaba convocado el III Concurso de Charangas Villa de Trillo en el que participaron cuatro formaciones, dos de ellas venidas desde Toledo, y las otras desde Valencia y Sacedón. Junto a los «Artistas del Gremio», charanga aragonesa, «probablemente la mejor de España», valoraba Marta Pérez, concejal de Trillo, que ameniza cada año la Feria Chica de Trillo, se encargaron de ambientar musicalmente las orillas del río, tocando sus divertidos sones por las calles de La Tajonada y Jardines, que discurren paralelas al cauce trillano del Tajo. En este concurso, la Kriptonita valenciana, de Cullera, fue la vencedora.
En la edición de este año y según el responsable del dispositivo de Protección Civil, Vicente Plaza, acudieron a Trillo 14.000 personas para presenciar las Vacas por el Tajo. «Hemos apartado 3.700 vehículos en hasta seis aparcamientos disuasorios», afirmaba.
Puntualmente, a las 18.00 horas, Antonio Morales Marco,soltaba al cielo trillano el cohete para anunciar la suelta de la primera vaca al único coso fluvial de España. En ese momento, los termómetros marcaban una temperatura de 31ºC, y la mocedad esperaba, arropada por las aguas protectoras del río, la llegada de los animales. En las talanqueras, varias filas de espectadores atestiguaban, como cada año, el interés que suscita el evento, sin duda, el que más visitantes atrae a Trillo en todo el año. Las casas rurales de Trillo colgaron el cartel de completo, y prácticamente lo mismo ocurría en el campamento turístico de El Colvillo.
En las orillas del agua, la Guardia Civil había montado un dispositivo de protección para abundar en la seguridad de los valientes que saltaron al ruedo ribereño, que fueron muchos, más que nunca, con agentes del GEA vestidos de neopreno apostados en las zonas de acceso al río, y preparados para posibles intervenciones, y también miembros de Protección Civil, que afortunadamente no fueron necesarios.
Los lesionados
El parte de lesiones se redujo a 20 personas atendidas, entre el equipo médico y el dispositivo de Cruz Roja con magulladuras, torceduras y contusiones de escasa importancia, un esguince de tobillo de grado 2, y una herida de diez centímetros en zona lumbar producida por un golpe, ninguno por asta de toro.