Disminuye la superficie cultivada de melón y aumenta la de sandía
La superficie sembrada de melón en Castilla-La Mancha en esta campaña ha disminuido entre un 3% y un 4% con respecto a la del año anterior, mientras que la de la sandía ha aumentado un 10%, según las estimaciones de la Interprofesional del Melón y la Sandía castellanomanchega.
De acuerdo con estos cálculos, en esta campaña se han sembrado algo más de 9.000 hectáreas de melón en Castilla-La Mancha, mientras que la superficie que se ha sembrado para cultivar sandías rondará las 3.600 hectáreas.
Del total de la superficie cultivada, más del 95% se concentra en la provincia de Ciudad Real, concretamente en un radio de 30 kilómetros en torno al municipio de Cinco Casas, en pleno corazón de La Mancha, según explicó a Efe el coordinador de la comisión gestora de la Interprofesional del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha, Cristóbal Jiménez.
Las primeras estimaciones apuntan a una campaña normal en la que entre un 20% y un 22% de la superficie del melón se ha sembrado con manta térmica (melón temprano) y se empezará a recolectar entre el 20 y 25 de julio, si bien la recogida se prolongará hasta finales de septiembre en que culmina con el melón tardío.
Jiménez confió en que la campaña de este producto sea «estable», lo que dependerá del equilibrio entre la oferta y la demanda.
Esta estabilidad va a poder conseguirse si la producción ronda las 300.000 toneladas, como apuntan las previsiones, que es una cantidad que el mercado absorbería sin ninguna dificultad, como se ha demostrado por experiencias anteriores, añadió.
En cuanto a los precios del melón, en su mayoría de la variedad conocida como «piel de sapo», Jiménez ha advertido que es muy precipitado adelantarlos, aunque ha comentado que lo razonable sería que el kilo rondara los 23 céntimos de euro para cubrir costes y sobre 18 céntimos de euro el kilo de sandía.
En este sentido, señaló que, además de tratarse de un producto perecedero que no admite almacenamientos largos, los costes han subido en los últimos años, especialmente los del gasóleo y las tarifas eléctricas.
Las tarifas eléctricas han experimentado en los dos últimos años un incremento superior al 1.000% de gasto para el agricultor no por el consumo de luz, sino por la potencia necesaria que hay que contratar para el riego del melón, explicó Jiménez.