Termina el desmontaje del reactor de la central de Zorita
El desmantelamiento de la central José Cabrera de Almonacid de Zorita da un paso más y el pasado mes de mayo terminaron los trabajos de desmontaje de la vasija del reactor nuclear, una de las partes más delicadas del proyecto pionero en el mundo. Así lo han explicado el director de operaciones de Enresa, Alejandro Rodríguez, y el director de la central, Manuel Rodríguez, durante el balance de la evolución del proyecto de desmantelamiento de esta instalación hasta la fecha. Con la finalización de estos trabajos se ha ejecutado ya el 70 por ciento del proyecto de desmantelamiento de esta central, aunque en cuanto al material radiactivo ya se ha procedido a la retirada del 99 por ciento.
Tras diez meses de operaciones, los trabajos de segmentación de la vasija, que contenía el núcleo del reactor y tenía una dimensión de 7,39 metros de longitud y 2,81 metros de diámetro, terminaron el pasado mes de mayo. «Se trata de un hito, un hecho singular en el proyecto que marca un cambio en la fase de obra», ha señalado Alejandro Rodríguez, quien ha destacado que estos trabajos se han realizado bajo el agua y de forma robotizada ya que su elevada radiactividad lo hace inaccesible a las personas.
Rodríguez ha resaltado que el sistema empleado en Zorita ha sido pionero y tendrá repercusión en próximos proyectos, ya que «actualmente hay 150 centrales nucleares paradas en el mundo que va a haber que desmantelar».
Los siguientes pasos
El proyecto se centrará en los próximos meses en la descontaminación de las paredes y los suelos de los edificios de contención y auxiliar, la puesta en marcha del taller de descontaminación, así como el desarrollo de la campaña de caracterización del emplazamiento, que ya ha comenzado con la realización de medidas superficiales y sondeos de terrenos. La idea es que, tras el desmantelamiento, el terreno quede como el solar primigenio donde se levantó la primera instalación nuclear en España, en 1968.
«Aún hay suelos contaminados, paredes y parte del emplazamiento», explican desde Enresa, aunque el riesgo no será tanto el radiológico sino como el procedimental, ya que hay que «ir buscando la pequeña contaminación que queda, removerla y dejar el emplazamiento libre». Este procedimiento, uno de los más «delicados» del proyecto, se denomina «desclasificación». Se tiene previsto que para 2018 (unos meses después de lo previsto inicialmente) se pueda entregar el terreno a Gas Natural, el legítimo dueño del suelo. Al mismo tiempo se espera que esté listo el ATC que se proyecta en Villar de Cañas, ya que allí irán a parar los residuos de la central de Zorita que ahora se almacenan en su propio almacén temporal individualizado (ATI).