El menor fallecido tras caer de la trona «no tenía síntomas alarmantes para ir al médico»

MERCEDES MARTÍNEZ

Visto para sentencia el juicio que se siguió ayer en las sala de vistas del Juzgado de lo Penal nº 2 de Albacete contra una mujer, Giovanna R.G., por un presunto delito de homicidio imprudente, tras el fallecimiento de su hijo, que apenas contaba con tres años de edad, tras caer de su trona.

El abogado de la acusación particularmque representa al padre del menor, Mariano López Ruiz, mantuvo la petición de tres años de prisión y una indemnización de 100.000 euros a favor del progenitor al entender que la madre «no le prestó la asistencia adecuada al niño» pues esperó dos días para llevarle a Urgencias a pesar de que el niño, tras la caída, «se quejaba de que le dolía la cabeza y llegó a vomitar con sangre en dos ocasiones».

La madre, por su parte, que en la declaración tuvo momentos de llanto al recordar lo ocurrido negó que los síntomas que presentaba tras la caída «fueran alarmantes para acudir al médico».

Explicó que vivía en la localidad albaceteña de Tarazona de La Mancha desde hacía dos meses. Allí también residía su padre y en ocasiones, cuando ella trabajaba en el bar que la madre de su pareja sentimental tenía a las afueras del pueblo, se quedaba con el abuelo o una amiga.

El sábado que ocurrieron los hechos, 14 de enero de 2012, el niño iba a comer. «Lo senté en su trona, sin atarlo, y cuando me di la vuelta para coger la comida, lo vi caer». Relató que se cayó «de boca» y que se hizo «un chichón», que era «de lo que se quejaba el niño cuando decía pupa», pero «estuvo bien ese día; durmió también bien y a la mañana siguiente lo dejé con mi padre para acudir a un bautizo».

Ese domingo, «vomitó» y también al día siguiente, pero «vi moco y pensé que se debía a un catarro que tenía» por lo que «no veía alarmante acudir al médico; si hubiese observado algo raro lo hubiera hecho», reiteró en varias ocasiones a preguntas de la acusación particular y el Ministerio Público, quien solicitó la libre absolución por entender que no hubo delito alguno en la madre.

Sin embargo, la tarde del 17 de enero de 2012, cuando el niño se encontraba con la pareja sentimental de la madre, el niño se desvaneció. «Me llamó Joaquín para alertarme de que el niño se había desplomado en la bañera cuando fue a bañarlo porque había vomitado».

Relató que lo liaron en una manta y se lo llevaron al centro de salud de Tarazona. Los médicos de guardia intentaron reanimarlo porque «iba inconsciente» pero al no haber respuesta alguna por parte del niño lo remitieron en ambulancia al Hospital General de Albacete.

La pediatra que lo vio en la UCI declaró que, tras unas pruebas radiológicas, diagnosticaron que el menor sufría un hematoma subdural y una hemorragia retiniana «sospechosos de producirse por un maltrato».

La perito explicó que esa hemorragia se produce por zarandeos en el niño y una alta energía y no por una caída. Síntomas como dolores de cabeza o vómitos serían «preocupantes».

Los médicos, dijo, recomendamos siempre a los padres que acudan a urgencias si observan tales síntomas. Si el hematoma subdural se hubiese tratado a tiempo, no se hubiera producido el fallecimiento del menor, aseguró la facultativa. «Con los primeros síntomas, si se controla, la posibilidad de salvarlo hubiera sido mayor».

Por su parte, los médicos del centro de salud de Tarazona de la Mancha aseveraron que realizaron las maniobras de reanimación propias de un posible atragantamiento puesto que al referir la madre y su pareja sentimental que el niño había vomitado previamente pensaban que podía ser debido a algún objeto que había ingerido.

El menor fallecido tras caer de la trona «no tenía síntomas alarmantes para ir al médico»

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