Volver al pastoreo en el siglo XXI
El oficio de pastor está en extinción ya que es una profesión muy sacrificada y poco rentable; sin embargo, de su supervivencia dependen muchos pueblos

Ser pastor es un oficio en peligro de extinción. Mucho sacrificio y poca rentabilidad -por el encarecimiento de los costes de producción en la ganadería y la bajada del consumo de carne de cordero por la crisis- han hecho que haya cada vez menos pastores, aún cuando se trata de una actividad tradicional de la región que además tiene consecuencias positivas en el paisaje, el medio ambiente y por el impacto económico de producir una carne y una leche con unas características únicas en el mundo.
A los jóvenes no les compensa dedicarse a este oficio para tomar el relevo de quienes lo abandonan y quienes se quedan tienen, muchos de ellos, una edad avanzada y miran más hacia la jubilación.
Ante esta difícil situación, la administración intenta paliar el problema con la convocatoria de ayudas al fomento del pastoreo.
Esta misma semana, el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha aprobaba la convocatoria de 2015 para la incorporación a la operación de fomento del pastoreo en sistemas de producción ganadera extensiva, incluida en el Programa de Desarrollo Rural.
Con un presupuesto de 27 millones de euros para cinco años, a razón de 5.400.000 euros para cada una de las anualidades, estas ayudas podrán ser recibidas por aquellos titulares de explotaciones ganaderas ubicadas en Castilla-La Mancha que se obliguen a cumplir en su explotación los compromisos de la medida durante toda la duración de los mismos. Es decir, deberán suscribir un acuerdo o contrato para un periodo mínimo de cinco años y cumplir una serie de requisitos en cuanto a formación, asesoramiento técnico y disponer de pastos permanentes y pastos comunales y rastrojeras sometidos, además de respetar una carga ganadera entre 0.2 UGM y 1.2 UGM/hectáreas. La ayuda máxima a recibir será de 30 euros/hectárea de superficie.
Aprovechar los pastos
Esta ayuda al fomento del pastoreo pretende apoyar la práctica ganadera extensiva tradicional, ligada al factor suelo como es el aprovechamiento de pastos y rastrojeras mediante pastoreo con ganado de las especies ovina y caprina.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) se ha criticado que estas ayudas se hayan publicado a escasos días de finalizar el plazo para la tramitación de la PAC. Para Ramón Sáez, secretario de Agricultura y Ganadería de UPA en Castilla-La Mancha, «muchos ganaderos de nuestra región se encontraban sin poder tramitar la PAC porque desde la Consejería de Agricultura no se habían publicado estas órdenes de ayudas que desde varias semanas estaban esperando que se publicasen» y recordó que el plazo termina el próximo 15 de junio.
Otra de las órdenes que se han publicado recientemente es la de la ayuda a la raza autóctona, que pretende conseguir el mantenimiento de animales de razas autóctonas en peligro de extinción de bovino, ovino, caprino o porcino. La intención es ayudar a explotaciones de ganadería extensiva que tengan este tipo de animales para que se mantengan estas razas adaptadas por su rusticidad al medio físico donde se desenvuelven.
Al igual que con el fomento del pastoreo, los beneficiarios deberán suscribir un acuerdo o contrato de compromisos para un periodo mínimo de cinco años y deberán cumplir una serie de requisitos en cuanto a formación, asesoramiento técnico, inscripciones en organismos y mantenimiento del censo durante esos años de compromiso.
Ayuda a la raza autóctona
La ayuda máxima a recibir será de 130 euros por Unidad Ganadera (UGM) en ovino y caprino; 150 euros/UGM en bovino y 100 euros/UGM en porcino.
Ayudas que tanto desde la Administración como desde las organizaciones agrarias se confía que sirvan para que el pastoreo vuelva a ser rentable en Castilla-La Mancha, contribuyendo así a preservar una tradición muy arraigada en la región y mantener población en el medio rural, además de apostar por un modelo agrario sostenible, respetuoso con el medio ambiente y viable económicamente.
Coincidiendo ayer con la III Fiesta de la Trashumancia que organiza la Asociación para la Promoción de la Calidad del Cordero Lechal de Segovia y que reunió a unas dos mil ovejas alrededor del acueducto, desde Cuenca, Antonio Cardo, pastor trashumante, reclamaba a las administraciones y particulares que cuiden las vías pecuarias y cañadas por las que se tiene que desplazar el ganado, y que se encuentran en muchos casos invadidas por cultivos o falta de puntos de agua para abrevar los rebaños.
La trashumancia
Asi lo indicaba Cardo, en unas declaraciones a Efe, durante su viaje estos días, acompañado por su hermano, con más de 1.600 cabezas de ganado desde el Valle de Alcudia, en Ciudad Real, donde han pasado el invierno, hasta la Vega del Codorno en la Serranía de Cuenca,
Cardo indicó que las cañadas están «invadidas, unas por administraciones, otras por agricultores», y en algunos casos los 75 metros de ancho que debería tener el paso se ven reducidos a 15 metros o incluso menos.
Además, en primavera cuentan con la dificultades de los viñedos, «porque los agricultores al fumigar, fumigan también los pastos de la vereda y las ovejas se nos mueren; hasta tres hemos perdido en el camino por esto».
Resaltaba la necesidad de que las administraciones cuiden los puntos de agua, para que se pueda abrevar el ganado, y que se respeten los anchos de las vías pecuarias, «porque encuentras mojones puestos por la administración, limitando el camino, y me gustaría ver cómo pasan ellos un rebaño de 1.500 ovejas o de 250 vacas por 10 o 15 metros».
En la ganadería trashumante no ha habido, como en otros sectores agropecuarios como la resina, una vuelta a los oficios tradicionales provocada por la crisis y el paro, y Antonio aseguraba que no han recibido peticiones de trabajo estos últimos años.