Incertidumbre en Villar de Cañas por el futuro del almacén nuclear
Los vecinos piden celeridad ante el retraso de las obras, y Enresa llama a la calma
Cuando en septiembre de 2012 el entonces director de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), Francisco Gil Ortega, declaró que las obras del Almacén Temporal Centralizado (ATC) se iniciarían en «un año y medio o dos», es decir, en torno a 2014, nadie se podía imaginar que este proyecto no esté aún en construcción, cuando debería estar listo para 2018.
El ATC fue planteado por el Gobierno de España en 2009 ante la necesidad de almacenar los residuos nucleares que venía enviando a instalaciones de Reino Unido y Francia. El contrato que regulaba el envío de residuos a ambos países expiró en 2010 y 2011, respectivamente, por lo que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero planteó la necesidad de un ATC en el país. A pesar de gran reticencia entre algunos sectores de la población, el 30 de diciembre de 2011 se aprobó en Consejo de Ministros una resolución por la que se seleccionaba al municipio conquense de Villar de Cañas.
En la actualidad Enresa espera la concesión de la autorización previa y de construcción por parte del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, previo informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). La documentación necesaria para esa autorización fue presentada por Enresa en enero de 2014 y el 12 de mayo de 2015 se envió al Ministerio una revisión, incorporando además los comentarios y solicitudes de información requeridos por el CSN durante el proceso de licenciamiento.
Por otro lado, los tres primeros edificios de la parte no nuclear del proyecto del ATC ya están construidos y listos para su uso. Se trata del vivero de empresas y del laboratorio conjunto, cuya recepción de obra tuvo lugar el pasado 20 de febrero, así como la nave auxiliar que dará soporte a las necesidades de la obra, y que fue entregada a Enresa el pasado 4 de mazro. Además, el Plan de Ordenación Municipal (POM) de Villar de Cañas prevé un polígono industrial en dos fases, previéndose la urbanización de la primera de ellas en 2016-2017.
La mayoría de los vecinos de Villar de Cañas son favorables a la instalación del ATC en su localidad, ya que la agricultura y la ganadería siguen siendo las dos principales fuentes de ingresos de muchas familias. Un gran número de personas, sobre todo los jóvenes, se han tenido que ir a la ciudad y otros siguen sin trabajo. Por eso, consideran que este proyecto es una opotunidad de encontrar empleo. Sin embargo, los vecinos no ven el inicio de las obras del ATC y temen que las construcciones complementarias que sí se han hecho solo han respondido a las prisas por la llegada de las elecciones municipales y autonómicas.
Desde Enresa llaman a la calma y dicen que «no hay retraso, solo se está cumpliendo la planificacion». Pero el proyecto vivió momentos inesperados, cuando el pasado mes de febrero Francisco Gil-Ortega dimitió como presidente de la empresa pública al frente de la gestión de ATC, alegando «motivos personales». Llegó de la mano de María Dolores de Cospedal a este puesto y se marchó a tres meses de las últimas elecciones. Su puesto lo ocupó Juan José Zaballa, anterior presidente de Paradores y hombre de confianza del ministro de Industria José Manuel Soria.
Lo que es innegable que el proyecto del ATC tiene un claro carácter político y las decisiones que se han tomado parecen manifestarlo así. Lo que no está tan claro es lo que sucederá tras los resultados electorales del pasado 24 de mayo, que van a quitar del Gobierno de Castilla-La Mancha al PP, único partido de la región que ha defendido la instalación del almacén nuclear en este territorio. Y la incertidumbre es aún mayor si nos fijamos en las próximas elecciones generales, en las que, visto lo visto en las municipales y autonómicas, la formación presidida por Mariano Rajoy podría perder la mayoría.
«En fuera de juego»
En este sentido, la Plataforma Contra el Cementerio Nuclear manifestaba esta semana que los resultados de las elecciones dejan «en fuera de juego» al ATC de Villar de Cañas, ya que «los programas electorales de los partidos con capacidad de gobierno y anti-cementerio así lo recogen». La portavoz de esta organización, María Andrés, hizo «una llamada al entendimiento entre PSOE y Podemos para poder cumplir lo prometido a todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha: el cementerio nuclear no se pone».
Además, Andrés recordó que «el pasado 9 de marzo, todos los partidos menos Ciudadanos y el Partido Popular firmaron su compromiso contra el cementerio nuclear, comprometiéndose a frenarlo si tenían capacidad de gobierno». Por eso, «la Plataforma está de enhorabuena, porque después de casi seis años, la lucha cada vez tiene más cerca su fin», afirmó.
Sin embargo, la plataforma seguirá su trabajo «contra el basurero nuclear» y su portavoz se mostró confiada en que «pronto se paralice definitivamente». «Las últimas adjudicaciones, concedidas cerca de las elecciones pusieron de manifiesto de forma descarada, que lo que menos le importa al nuevo presidente de Enresa es el futuro del ATC, pero sí el reparto de su presupuesto entre varias empresas muy concretas», aseguró.