Miles de personas en la tradicional subida al camarín de la Virgen de los Llanos
Como cada año, miles de devotos acudieron ayer, el día del aniversario de la coronación de la imagen de la Virgen de los Llanos, a la catedral de Albacete para presenciar la tradicional apertura pública de su camarín. Se puede pasar a ver la Virgen de cerca y contemplar en su espalda los restos de la primitiva imagen que custodia en su interior: una pequeña talla de la Virgen y el Niño Jesús.
Acercarse a contemplar esta talla, que fue descubierta en plena Guerra Civil, es «más que una tradición», comenta a ABC Ángel Roldán, un fiel de la Virgen de los Llanos que ejerce de forma voluntaria como guía en la catedral. «No son solo curiosos, que los hay, pero también es devoción, mucha gente se va con lágrimas en los ojos», afirma.
Roldán explica que este año la afluencia de público es muy parecida a otros años, aunque puntualiza, como curiosidad, que «no como el año pasado, que fue increíble, las colas daban vueltas y vueltas». Y es que, relata con una sonrisa en sus labios, «entonces el Albacete Balompié ganó el día anterior a la apertura del camarín, y muchos albaceteños vinieron a agradecérselo a la Virgen».
De la Virgen de los Llanos, de la que existen cuatro imágenes dentro de la ciudad de Albacete, se puede decir que la más venerada es la auténtica, que se encuentra en la catedral de San Juan Bautista, donde permanece todo el año. Tiene unos rasgos muy finos y femeninos, no alcanza más del medio metro de altura y en los brazos sostiene a un pequeño Niño Jesús.
En la Guerra Civil sufrió algunos daños y fue salvada de ser pasto de las llamas. Fue en 1939 cuando, ya acabado el conflicto bélico, se procedió a restaurarla y, para sorpresa de los maestros ebanistas y el escultor-restaurador, descubrieron «el secreto» de la Virgen de los Llanos. Tal y como se cuenta en un acta notarial firmada por el notario Narciso García el día 12 de agosto de 1939, al comenzar la restauración, encontraron fortuitamente una concavidad dentro del busto de la talla de la Virgen.
Allí aparecieron la cabeza de una imagen de unos siete centímetros, tallada y moldeada con encarnación bien conservada, al parecer de una Virgen, y otra cabeza más pequeña, posiblemente del Niño Jesús, de factura idéntica, aunque algo más toscamente modelada. Además, se encontró un trozo de lienzo inmovilizado como cuña, las cabezas y unos fragmentos de madera y yeso, mientras que en la tabla levantada, al dorso, fuertemente adherido, un papel con la siguiente inscripción: «Ésta es la cabeza de la Virgen de Los Llanos, que fue el principio de la devoción de esta casa suya, y por ser de materia tan flaca, se hizo este cuerpo y esta cabeza de madera. Año 1931».
La escritura tiene todas las características de la época de su redacción. Y es que, como algunas familias albaceteñas sostenían, al parecer, un mayordomo del templo llamado Juan Reolid, por aquel entonces y al ver la imagen tan deteriorada, decidió por cuenta propia sustituir las cabezas. Tal enojo surgió del pueblo, que se vio obligado a conservar, de alguna forma, las antiguas cabezas junto a la imagen restaurada por él.
En la actualidad, la imagen está totalmente restaurada, y en su interior contiene estas reliquias junto al pergamino. Todos los 27 de mayo se abre el camarín para que todo aquel que así lo desee, pueda contemplar de cerca a la Virgen y contemplar estas reliquias.