Historia de los desencuentros entre Page y la comunidad, que pagan los ciudadanos

ABC TOLEDO

La pugna que Emiliano García-Page y María Dolores de Cospedal tendrán en las urnas el próximo 24 de mayo por ver quién es el próximo presidente de Castilla-La Mancha lleva años cociéndose a fuego lento. El «tuya-mía» en el que están inmersos los diferentes cargos de PP y PSOE a cuenta del nuevo hospital lleva años rellenando telediarios, mientras Toledo (verbigracia: sus ciudadanos) espera paciente que se levante un nuevo centro sanitario que dé un respiro al Virgen de la Salud.

Sin embargo, ni es el único desencuentro entre los dos líderes políticos de la región, ni posiblemente el «culebrón» de sobremesa que más se alarga en el tiempo. En este sentido, el nuevo hospital ha compartido el «prime time» durante años con otros proyectos como el remonte de Safont o el Quixote Crea, ambos en Toledo capital.

Remonte de Safont

En el caso del remonte, el inicio de la historia es muy similar al del nuevo hospital: el anterior Gobierno regional, presidido por el socialista José María Barreda, presenta un proyecto para salvar la orografía de Toledo y unir la zona del río con el Casco Histórico en el barrio de Safont. Comienzan las obras, pero llegan las elecciones, María Dolores de Cospedal accede a la Junta y el proyecto se paraliza.

El nuevo Gobierno del PP entiende que el proyecto socialista (de unos cinco millones de euros) es demasiado costoso y decide hacer su propio proyecto, que cuesta 2,2 millones y es financiado íntegramente por la administración regional. Las obras se reanudan en el verano de 2013 y se terminan en septiembre de 2014. El día 10 del citado mes, finalmente se ponen en marcha las escaleras mecánicas del remonte con los grandes avances en accesibilidad que suponen.

Sin embargo, ese mismo día 10, el Ayuntamiento decide poner vallas a la entrada y salida de las dársenas de los autobuses, situadas al pie del remonte, por entender que no existen unas mínimas condiciones de seguridad vial en la zona. En el Consistorio lanzan un órdago al Gobierno regional: hasta que no haya una regulación semafórica de la zona, las vallas no se quitan. Y efectivamente, así sucede, hasta primeros de noviembre cuando se ponen los semáforos y las dársenas se abren. Fin del culebrón. O no. Porque el Ayuntamiento sigue quejándose de que aún no ha recepcionado el remonte y cualquier día el tema se vuelve a poner de moda. Al tiempo.

Quixote CREA

El caso del Quixote Crea también es un proyecto que en su día inició el anterior Gobierno regional socialista. CREA es el acrónimo de Centro Regional de Expresión Artística e iba a ser, como su nombre indica, algo grandioso. Bofetadas del destino, de aquellos sueños de Alonso Quijano hoy solo se conserva un estrambótico esqueleto de hormigón, que saluda cada día a los vecinos de la avenida de General Villalba.

Hace unos meses, en febrero, la justicia dictaminó que la Junta de Castilla-La Mancha debe pagar 10,5 millones de euros a la empresa concesionaria por la anulación del proyecto. Para Leandro Esteban, portavoz del Gobierno regional, se ha contenido «la hemorragia del despilfarro», porque de haber continuado adelante, habría que haber pagado entre 30 y 40 millones, que era lo que costaba el Quixote CREA.

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