El homicida de Almadén pasará 25 años en un centro psiquiátrico

L. B.

La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha decretado el internamiento en un centro especializado durante 25 años y 9 meses para Kevin Romero, el joven de 19 años que el 22 de noviembre de 2013 degolló a su madre, intentó acabar con la vida de su padre y mató al perro de la familia cuando se encontraba en pleno brote psicótico.

Aunque el Tribunal considera probados los hechos que ocurrieron aquella tarde-noche en Almadén según la calificación de la Fiscalía, absuelve al acusado de los delitos de asesinato, homicidio en grado de tentativa y maltrato animal que le imputaba el Ministerio Público por la eximente completa de anomalía psíquica.

Mantiene, sin embargo, según la sentencia que se hizo pública ayer, la petición de internamiento que justifica en su «padecimiento y peligrosidad». De hecho, la jueza estima que no puede obviarse que en fechas recientes a la celebración del juicio el acusado de nuevo presentaba un cuadro de descompensación psicopatológica severa. Esto llevó a los especialistas que le atienden en el centro psiquiátrico penitenciario de Sevilla, donde está internado, a pasarle a un módulo de agudos con observación continua de video-vigilancias y separación del paciente del entorno.

«Es evidente que con estos informes resulta totalmente contraindicada la adopción de una medida de sometimiento ambulatorio» tal y como había solicitado la familia del joven. Según explica la magistrada María Pilar Alarcón en la sentencia los informes forenses lo desaconsejan mientras que las manifestaciones realizadas por el psiquiatra de Sevilla «resultaron dubitativas».

Problema familiar

Además, añade, tampoco los familiares han mostrado su disposición a asumir la responsabilidad de su control y sometimiento al tratamiento ya que el padre se negó a declarar en el juicio tal y como le permite la ley. Para el Tribunal lo más oportuno es la medida de seguridad de internamiento con el apoyo de la familia como todos los informantes pusieron de manifiesto y que en función de su evolución se puedan adoptar otras medidas alternativas e incluso medidas ambulatorias.

Según la sentencia, el 22 de noviembre de 2013 a las seis de la tarde, Kevin, que había pasado toda la semana en Madrid, salió de su domicilio a comprar droga y regresó para consumirla. Más tarde, se marchó con el perro en dirección a casa de su abuela paterna; en el camino acabó con la vida del animal, al que propinó una paliza mortal.

Regresó a la vivienda, y aprovechando que el padre había salido junto con dos agentes de la Policía Local a verificar si el perro era el de la familia dado que una vecina avisó a los agentes al verle por la ventana, atacó a su madre y con un cristal de la mesa la degolló hasta extirparle el maxilar superior, que arrojó a la escalera.

Posteriormente, cuando el padre regresó a la vivienda intentó también acabar con su vida. El hombre consiguió salir a la calle y allí fue socorrido por un vecino. Kevin salió huyendo del lugar.

Otro vecino le encontró deambulando por la calle, lleno de sangre y vestido solo con los calzoncillos. Este joven le invitó a subir en su vehículo y le llevó hasta su domicilio donde finalmente fue detenido.

Kevin Romero, que presenta un cuadro de esquizofrenia paranoide y en ese momento sufría un brote psicótico, aseguró durante el juicio que mientras consumaba los hechos solo veía demonios que querían atacarle.

El homicida de Almadén pasará 25 años en un centro psiquiátrico

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