La región se vuelca con la Semana Santa
Las calles de las ciudades y pueblos de Castilla-La Mancha se han llenado estos días para presenciar las procesiones de Semana Santa. Llamó la atención, entre otras, la presencia de la presidenta María Dolores de Cospedal en procesión del Santo Entierro durante el Viernes Santo en la localidad albaceteña de Hellín. De hecho, esta es la primera ocasión que un jefe de gobierno castellano-manchego asiste a esta procesión.
Otra cita importante, como el resto de años, fue la procesión del «Camino del Calvario» o Las Turbas, la más popular y multitudinaria de la Semana Santa de Cuenca y de Castilla-La Mancha. El desfile parte a las 5.30 horas de la Iglesia del Salvador, donde los clarines y tambores de unos 4.000 «turbos» saludan a Nuestro Padre Jesús Nazareno del Salvador, que encabeza la marcha.
Este año el dispositivo de seguridad de la procesión ha incorporado, respecto al pasado, 12 vigilantes privados que se han ubicado en las inmediaciones de San Felipe y en la Plaza Mayor y que se han sumado a los 25 que, vestidos de nazarenos, abren paso a la procesión y a los contratados por la Junta de Cofradías.
En Ciudad Real capital la alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, como hermana mayor honorífica, quiso compartir con la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores los minutos previos de un Viernes Santo que para nazarenos, costaleros y hermanos y Junta de Gobierno del Ave María tenía un significado especial y emotivo, pues se cumplían 75 años de la primera salida de esta imagen que cierra la procesión del Viernes Santo en Ciudad Real.
Nuestro Padre Jesús del Perdón volvió a ser el indiscutible protagonista de la madrugada del Viernes Santo en Manzanares. El patrón de la ciudad estuvo acompañado de sus cofrades y de centenares de fieles que caminaron tras su imagen en señal de promesa en la Procesión del Silencio.
Por su parte, Malagón entera se volvió a echar a la calle en la procesión del Santo Entierro, en una noche en la que el buen tiempo volvió a acompañar. Y no defraudó, ya que cada una de las hermandades puso de su parte para conseguir unas horas de recogimiento y meditación acompañados de los vecinos y visitantes de la localidad ciudadrealeña.