Cae una red que robaba en estancos, gasolineras y locales de hostelería
Una red organizada ha sido detenida por la Guardia Civil, dentro de una acción que se conoce con el nombre de «Operación Kugan». Los 14 detenidos se enfrentan a delitos de robo con fuerza, daños, sustracción de vehículos, receptación y pertenencia a organización criminal.
La red criminal había cometido 84 robos con fuerza en estancos, estaciones de servicio y establecimientos de hostelería de Albacete, Alicante, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Murcia y Sevilla. Los detenidos tienen edades comprendidas entre 16 y 56 años, doce de ellos son de nacionalidad rumana y dos españoles, residentes en localidades de Alicante, Huelva y Castellón, contaban con antecedentes por hechos contra el patrimonio.
En la operación han intervenido efectivos del Equipo de Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete con la colaboración de otras unidades de la Comandancia y componentes del Puesto de Novelda (Alicante). Las diligencias instruidas, junto con los detenidos, han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción nº 1 de la localidad albaceteña de Hellín.
Albacete, el origen
Una serie de robos con fuerza, en un espacio muy corto de tiempo, en estaciones de servicio de Hellín, Chinchilla de Montearagón y Almansa, puso en alerta a los agentes que comprobaron que todos ellos seguían un patrón similar: los detenidos, tras anular los sistemas de alarma y cortar el alumbrado público del exterior de los establecimientos, forzaban la entrada y sacaban las máquinas expendedoras de tabaco y recreativas a la calle.
Posteriormente, transportaban las maquinas hasta un lugar seguro donde eran forzadas para sustraer el dinero y el tabaco que contenían. Cuando todo esto ya se había hecho, los integrantes de la red robaban vehículos que luego utilizaban en alunizajes, o para transportar el material y efectos sustraídos. Habitualmente robaban estos vehículos en las explotaciones agrícolas donde en ocasiones trabajaban como temporeros algunos miembros de la organización.
Según informa la Guardia Civil, los detenidos formaban un grupo perfectamente organizado y estructurado. Un primer escalón se desplazaba a los establecimientos elegidos, en los que realizaban reconocimientos previos (los sistemas de alarma, alumbrado, distribución de los establecimientos, vías de escape…) para después asaltarlos.
Durante la comisión del robo, dos miembros del grupo realizaban labores de vigilancia. Una vez cometido el delito, avisaban a otro componente que tenía encomendada la función de conducir el vehículo lanzadera, con el fin de dar aviso de la posible presencia policial en el camino de regreso a sus domicilios.
Como último escalón, la organización contaba con una red de receptadores que se valían de sus propios establecimientos hosteleros para vender al público el tabaco sustraído. Otra de las características de este grupo era su gran movilidad y flexibilidad, a fin de dificultar su seguimiento y localización. Para ello realizaban «campañas de trabajo» periódicas tanto en Huelva, como en Sevilla, a donde se desplazaban ocasionalmente con el fin de cometer hechos delictivos.