«Las fincas privadas han permitido la reintroducción del lince»
—Su organización colabora con el programa de reintroducción del lince en Castilla-La Mancha. ¿Cree que es un éxito, a pesar de las últimas muertes?
—La situación del lince en España era crítica y ya se puede hablar de dos éxitos: el primero, la cría en cautividad, que desde hace unos años está funcionando; pero después hay que soltarlos, y ese es el segundo éxito conseguido, que las fincas privadas, los cazadores, están facilitando su introducción. Hay un porcentaje de mortandad, es normal, pero por cada lince que muere hay un porcentaje mucho más grande que sobrevive. Pero hay que pensar que la mayor mortandad no se debe a la caza, sino a los atropellos, y es porque su comida natural, los conejos, se han desplazado a los taludes de las carreteras.
Estamos haciendo una labor muy importante y una campaña de sensibilización por todos los cotos de caza por donde se están soltando linces. Creemos que su población se va a recuperar sólo por dos motivos, porque la propiedad privada quiera y porque vamos a fomentar que haya conejos y que no se desplacen a las zonas de cultivo o a los taludes de las carreteras, y para ello debe haber un modelo de gestión que venimos reclamando desde hace tiempo y que la normativa actual complica mucho.
—¿El turismo cinegético es incompatible con el de naturaleza?
—Es otro argumento de los ecologistas para llamar la atención. Es todo lo contrario. Por cada 500 hectáreas, se hace una actividad cinegética al año, ¡una!. Lo único que hemos pedido es que en esas 500 hectáreas, que durante 364 días van a tener la misma actividad, durante un solo día, cuando se celebre una cacería, se intenten tomar todas las precauciones posibles, más aún teniendo en cuenta la cantidad de accidentes de caza que hay cada temporada. Eso de que se van a cerrar caminos es incierto. Incluso con la nueva ley, a diferencia de la anterior, las vías pecuarias no van a formar parte de la superficie de un coto de caza.