IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ, EN TARTANEDO
Exorcismo en plena misa
La iglesia de San Bartolomé, en Tartanedo, guarda un lienzo manchado de sangre que se dice que es fruto de la conversión de unas hostias consagradas que fueron profanadas por los franceses en la Guerra de Sucesión española. El archivo diocesano de Sigüenza relata en el «Expediente sobre el milagro de los Santos Misterios» un exorcismo ligado a este objeto: en 1769 Rosa Alonso se retorcía de dolor durante la misa celebrada en la iglesia y el párroco decidió exorcizarla ayudado del retazo de tela. Los espíritus de su interior, al ver el lienzo, gritaban «sangre, sangre, sangre de Jesús», hasta que Rosa quedó de rodillas, volviendo en sí y exclamando «santos misterios de mi alma y de mi vida», quedando curada.