Rutas QuijotescasLa Junta «mima» los lugares del Ingenioso Hidalgo
El objetivo de estas ayudas es mejorar los lugares donde se desarrollaron acontecimientos de la novela
En el año 2015 se conmemora el IV Centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote. Se trata de un acontecimiento es de gran relevancia para la literatura en general y, especialmente, para Castilla-La Mancha, dada la significación que tiene esta obra como elemento identitario y de promoción de nuestra cultura.
Por este motivo, la Junta de Comunidades está llevando a cabo distintas iniciativas con el objetivo de dotar de relevancia dicha conmemoración. Dentro de estas actuaciones, la Consejería competente en materia de Patrimonio Cultural ha proyectado la concesión de una serie de ayudas para la conservación de bienes y la divulgación de actividades en torno a los lugares donde se desarrollaron acontecimientos relatados en esta novela.
Los espacios en los que se llevarán a cabo las actuaciones son: el acondicionamiento de las fachadas y cubierta del Museo de El Toboso, en Toledo (10.000 euros); la dotación del Centro de interpretación al aire libre del pasaje del Quijote-Bodas de Camacho, en Munera, Albacete (5.929,57); el equipamiento turístico-cultural en la Casa de Medrano, Cueva de Cervantes, en Argamasilla de Alba, Ciudad Real (10.000 euros); la rehabilitación del Molino de viento «Sardinero», en Campo de Criptana, Ciudad Real (10.000 euros ); la restauración de la Casa de los Estudios, en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real (10.000 euros) y el remozado de la Casa Museo Cervantina, en Esquivias, Toledo (10.000 euros).
En total la cuantía total de financiación para estas obras asciende a un total de 55.929,57 euros que se imputará con cargo al crédito consignado en los Presupuestos Generales de la Comunidad de Castilla-La Mancha para el año 2014.
Los escenarios del Quijote El Toboso es uno de los lugares más evocadores del mundo quijotesco. En el capítulo nueve de la segunda parte de su gran libro se menciona la Casa de Dulcinea, lugar donde vivió Ana de Zarco de Morales, mujer de la que estuvo enamorado el autor y que inspiró el personaje de Dulcinea de El Toboso.
Allí se encuentra el Museo de El Toboso, un edificio que mantiene parte de su estructura original del siglo XVI, y a pesar del tiempo transcurrido y las alteraciones experimentadas a lo largo de los siglos, conserva en líneas generales los caracteres de la casa manchega de un hidalgo con sus diversas dependencias: molino, bodega, patios, corrales, pozos, etcétera,
La vivienda de Ana Martínez Zarco de Morales es un ejemplo típico de las casas que habitaban los hidalgos y labradores ricos de La Mancha. Fue construida con mampostería, tapial y ladrillo, y sus elementos arquitectónicos más destacados son la portada de sillería y la pequeña torre que la corona. Por ello es popularmente conocida como la «Casa de la Torrecilla».
El acceso a la vivienda y al museo en sí se produce por el zaguán que da paso a las zonas de servicio: la cocina, la despensa y los patios y corrales de la parte trasera; entre ellos se encuentra una almazara o molino de aceite, una prensa para la uva y un palomar.
En la planta alta hay antiguos muebles, interesantes baules con bonitos herrajes así como una curiosa «caja fuerte de viaje», de la época renacentista, con un mecanismo que mueve, con una sola llave, más de una docena de «cerraduras». También existen bargueños, braseros y los dormitorios, con mobiliario de la época, tratando de recrear el ambiente de una alcoba.
Las estancias domésticas de una casa rica rural se estructuraban y se amueblaban a imitación de las urbanas. Su ajuar resultaba a menudo más tradicional, menos lujoso y más práctico, debido no sólo al alejamiento de la corte, sino también al aprecio que se hacía de los bienes legados por los antepasados que expresaban la antigüedad del linaje.
En las casas más acomodadas se sucedían varias salas, también llamadas cuadra, y en las más modestas existía solo una. La parte más retirada de la casa se reservaba para la intimidad. Así, los maridos y mujeres, si no eran pobres, tenían cada uno su habitación. Las mujeres se ocupaban de las labores domésticas mientras que a los hombres les correspondían las tareas de administración de la hacienda y el cumplimiento de los deberes militares.
Bodas de Camacho
La localidad albaceteña de Munera da la bienvenida al visitante con dos esculturas fabricadas en hierro forjado artesanalmente de Don Quijote y Sancho Panza. Estas dos obras fueron fabricadas en 1997 exclusivamente para este paraje, como muestra del paso del Ingenioso Hidalgo, en el capítulo XX, donde estuvo unos días en las Bodas de Camacho.
Con la subvención de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha