tradiciones
El fervor de todo un pueblo
Un año esperando una noche. Y es esta noche. La localidad conquense de Horcajo de Santiago celebra el «Vítor»
Todo un pueblo espera una noche, la del Vítor. La localidad conquense de Horcajo de Santiago duplica hoy su población para el momento más esperado. En la iglesia parroquial, despejada, la multitud aguardará en silencio la salida del estandarte de la Inmaculada Concepción. Todos quieren tocarla y cientos de personas gritarán «¡Vítor, Vítor, Vítor!». La secuencia se repite año tras año, pero cada vez es diferente. Allí se escenificará la disputa entre quienes quieren sacarlo. Después, tres caballeros esperarán con la cabeza cubierta con el gorro azul y blanco de la Inmaculada: uno porta el estandarte, los otros, las borlas. Este año le ha tocado el honor a José Gabriel Garrido López. Tiene 35 años y le apuntaron con sólo 11.
En declaraciones a ABC declara que para él es «un honor» portar el estandarte por la «gran devoción a la Inmaculada». Cumple además una promesa que hicieron su madre y su abuela. La tradición le viene de familia. Su abuelo paterno y dos de sus tíos ya portaron el estandarte hace años. Además, le acompañará su hermano César. Es junto a José Ángel Montalvo uno de los borleros.
«Son los cuatro muy jóvenes. Han tenido la suerte de que les ha tocado pronto. Se apuntaron muy jovencitos», explica a este periódico el alcalde de Horcajo, Pedro Jesús Martínez. La lista de espera del caballero portador es la distinción más demandada por los horcajeños. Llega hasta el año 2089.
Por delante, dieciséis horas de procesión. El caballero portador será el encargado de visitar, a caballo, todas las casas de esta localidad de casi 4.000 habitantes. Al mediodía de mañana, día 8, tras la entrega del estandarte comenzará la procesión en honor a la Inmaculada. El día 9 se celebra el «Día de la Virgencilla». Horcajo de Santiago esperará con ansia que llegue el 7 de diciembre de 2015.
Las fiestas de El Vítor fueron declaradas de Interés Turístico Regional el 3 de enero del año 2000. Los horcajeños datan el origen de la fiesta de El Vítor hacia mitad del siglo XVII, mucho antes de que el 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX proclamase el dogma de la Inmaculada Concepción.
