Entre sueños van los monstruos
A caballo entre el cómic y la ilustración, los imaginativos veintiséis trabajos del joven dibujante y diseñador Arturo García Blanco que conforman la exposición «Ponga un monstruo en sus sueños» programada dentro de los denominados «Días de arte conquense» que comisaria el pintor y galerista Carlos Codes en colaboración con la Fundación de Cultura Ciudad de Cuenca, guiñan su ambivalencia –la sonrisa del brazo de una ironía no exenta en ocasiones de mala uva agazapada bajo su en apariencia infantil aspecto–hasta el 31 de diciembre desde los muros de la segunda planta del Teatro Auditorio de Cuenca.
De las desconocidas amenazas que, agazapadas en la sombra, acechaban, apagadas ya las luces de la casa, obligándonos a meter la cabeza bajo las sábanas a las revividas en el inestable estoy-no estoy del al fin conciliado sueño, quién no vio poblársele la infancia de terribles o en ocasiones, paradójicamente, también amigables, pero desde luego imprescindibles, monstruos, al igual que la literatura, de las viejas anónimas leyendas narradas en torno al fuego al mismísimo Homero, de los Grimm o Lewis Carroll a Tolkien o Lovecraft, llenó desde siempre el mágico espejo de su contar con sus ominosas y sin embargo tan entrañables presencias, hijas de ese Peter Pan irredento que en toda ocasión alienta bajo la piel de cualquier narrador de raza, de modo semejante a cual la pintura hizo aflorar sus siniestras siluetas en el papel o el lienzo en el hacer de pintores y dibujantes, del Bosco a Edward Gorey, de Goya a Tim Burton.
Más cercanos a primera vista al universo de los monstruos de la infancia que a los engendrados por la literatura para adultos —no se fíen sin embargo demasiado, cual quedó señalado, del aire de buenos chicos que a veces aparentan— pero imbuidos de la misma seductora fascinación que unos y otros despiertan y seguirán despertando siempre en nuestro inconsciente, los sugerentes personajes concebidos por Arturo García Blanco mediante un hacer en el que la más actual ilustración y el cómic, puestos al servicio de una desbordante imaginación creadora, se dan, en fecundo tú y yo, la mano, nos ofertan un más que personal universo donde aventura y juego, guiño y trampa se despliegan ante nuestra vista en un abanico de seres y situaciones en el que —ojo— la ironía no deja de poner su tanto así de intencionado y socarrón retintín.
Nacido en Cuenca en 1982, Arturo García Blanco se licenció en la Facultad de Bellas Artes del campus conquense de la UCLM y ha desarrollado su labor tanto dentro del campo del quehacer plástico propiamente dicho como en los del diseño, el cómic, la creatividad gráfica o el video tanto documental como de ficción. Ha participado en numerosas exposiciones colectivas (Galería Jamete, Sala Marcos Garrote, Caja Castilla La Mancha, Escuela de Diseño de Zaragoza) y en 2013 llevó a cabo su primera exposición individual, «Paso a Paso», en la galería «La Carbonería». Como integrante del colectivo del fanzine «Hotel Safari» fue galardonado en el XXVII Salón del Cómic de Barcelona. También ha realizado ilustraciones para libros infantiles y de adultos como «El libro de las mandangas» de Darabuc, «Papel de aguas» de José Ángel García o «Vivencias y confidencias» de Enrique Domínguez Millán, así como carteles para festivales teatrales como Titiricuenca o BITA. Su corto «Ahora, ya en casa» obtuvo el premio de la XVIII Semana de Cine Español de Cuenca. Profesionalmente trabaja como diseñador gráfico y creativo audiovisual del Grupo Desenfoque.