Castilla-La Mancha, la región más afectada

La siniestralidad en herbáceos supera los 29,44 millones de euros

ABC TOLEDO

Los distintos fenómenos meteorológicos ocurridos durante el año 2014 han afectado a más de 1,25 millones de hectáreas de cultivos herbáceos asegurados, lo que supone una previsión de siniestralidad de más de 89,39 millones de euros, según datos ofrecidos ayer por Agroseguro.

Por comunidad autónoma, Castilla-La Mancha es la más afectada, con más de 486.300 hectáreas aseguradas dañadas y una siniestralidad prevista que supera los 29,44 millones de euros. Le sigue Castilla y León, con casi 380.800 hectáreas con daños y una previsión de cerca de 23,60 millones de euros en siniestralidad.

Durante los últimos años, la meteorología se caracteriza por la gran variabilidad e intensidad. Así, el seguro de cultivos herbáceos registró en el ejercicio 2013 una siniestralidad cercana a los 59,50 millones de euros, y en el 2012 superó los 136,12 millones. Entre las tres últimas cosechas acumulan una siniestralidad de más 285,01 millones de euros.

En los últimos años la sequía es el riesgo que más ha afectado a los cultivos herbáceos, sobre todo en 2012, año en el que la superficie asegurada afectada por este riesgo supuso más del 80% de las hectáreas totales de cultivos herbáceos dañadas por este y otros riesgos. El 2013 fue un año que resultó especialmente tormentoso, por lo que fue el pedrisco el riesgo que afectó más a estos cultivos. En 2014, sin embargo volvió a ser la sequía.

A lo largo de 2014, en el caso de la sequía, se han combinado dos situaciones diferentes. Por un lado se ha registrado una sequía hídrica provocada por una escasez de precipitaciones prolongada durante todo el año hidrológico desde Albacete hasta la provincia de Valencia y desde Alicante hasta Málaga.

En las zonas más cerealistas del resto de la Península se ha producido una sequía agronómica. Es decir, el comportamiento climático hasta el mes de abril auguraba una buena cosecha de cereal, ya que las precipitaciones fueron adecuadas desde el inicio de la campaña. La escasez de heladas y el exceso de humedad a lo largo del ciclo del cereal unido a un invierno de temperaturas muy suaves provocaron que las raíces no se desarrollasen en profundidad.

Con la llegada de la primavera, se registraron temperaturas demasiado elevadas y, por el contrario a lo que ocurrió en otoño, una escasez de lluvias que provocaron que ante el poco desarrollo de las raíces de los cultivos, estos no tuvieran agua a su disposición.

La siniestralidad en herbáceos supera los 29,44 millones de euros

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