San Vicente de Paúl abre un piso para mujeres sin recursos
La vivienda es un recurso más dentro del Programa de Apoyo a la Mujer Embarazada que desde su puesta en marcha hace ocho años ha atendido a más de 2.000 mujeres
Ciudad Real cuenta desde esta semana con un nuevo recurso que pretende ayudar a todas las mujeres embarazadas que lo soliciten con independencia de su condición económica y de sus creencias religiosas y que por distintos motivos estén considerando la opción de abortar.
Se trata de una vivienda de promoción pública en el Barrio de La Granja que el Ayuntamiento capitalino ha cedido a la Conferencia San Vicente de Paúl y que servirá para dar cobijo y apoyo a la mujer durante todo el embarazo sin ningún tipo de condiciones y durante el tiempo que la gestante estime oportuno.
El piso, que se inauguró el pasado jueves, cuenta con espacio para tres usuarias que estarán siempre acompañadas por una trabajadora social, según explicó el presidente de la Sociedad, Arturo José Prieto, y viene a sumarse a las numerosas acciones que esta entidad de beneficencia desarrolla dentro de su Programa de Apoyo a la Mujer Embarazada.
Un programa que nació con el propósito de activar una red solidaria de apoyo, asesoramiento y ayuda a la mujer para superar cualquier conflicto surgido ante un embarazo inesperado. «Queremos transmitir a la mujer, y a la sociedad entera, que estar embarazada es una buena noticia. Nuestro objetivo, que la mujer pueda desarrollarse íntegramente, como mujer y como madre; dignificar su vida y la de sus hijos, y permitir que pueda tener una oportunidad en nuestra sociedad», afirma la Sociedad en su página web.
San Vicente de Paúl, que actualmente cuenta con 16 voluntarios en Ciudad Real, ha ayudado en los últimos ocho años a más de 2.000 mujeres, según explicaba la secretaria de la Conferencia, Carmen Brassó. “A las que no tenían ningún lugar donde vivir había que mandarlas a Córdoba», explicaba.
Proteger a la mujer
De ahí, la importancia de contar en la capital con una vivienda de acogida que dará servicio a toda la provincia.
La mayoría de estas mujeres acuden a la sede de la entidad «o vienen a pedirnos ayudas materiales o para que les ayudemos a abortar; nosotros les explicamos qué significa el aborto y le damos alternativas», asegura Brassó. Además, un grupo de voluntarias se desplaza todos los martes a la clínica abortiva Cire para explicar a las mujeres cuáles son sus alternativas antes de llevar a cabo el aborto. Son lo que este grupo llama «rescates» y significan en muchos casos «la última opción».
A la apertura y bendición del piso el pasado jueves asistió la alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, que ensalzó la «importante labor solidaria, callada y silenciosa, así como la ayuda espiritual, moral, material y económica que los voluntarios de la Sociedad San Vicente de Paúl realizan en la ciudad a través de la formación socio-laboral de las personas más vulnerables y con más dificultades económicas, y de forma especial, a las mujeres embarazadas sin recursos».
Romero añadió que esta sociedad y todos sus integrantes, «son un ejemplo como institución humanitaria y benéfica, admirada y respetada en la ciudad», motivo por el que el año 2012, tal y como recordó, el Ayuntamiento reconoció sus méritos y notables valores con la entrega de una placa en el acto de nombramiento del Ciudadano Ejemplar.