La última imagen de la Tierra de la nave que viaja a Mercurio
La nave BepiColombo se apoyó en la gravedad de nuestro planeta este viernes en su largo camino hasta el interior del sistema solar
La BepiColombo , una nave de las agencias espaciales europea y japonesa (ESA y JAXA, respectivamente) está viajando a Mercurio, en una travesía que le llevará siete años y dos meses. El pasado viernes, la sonda se acercó a la Tierra para aprovechar su gravedad y proseguir su camino, pero no sin dejar una espectacular fotografía de nuestro planeta a una distancia de alrededor de 12.700 kilómetros.
La Agencia Espacial Europea (ESA) aprovechará el encuentro para calibrar los instrumentos científicos, a pesar de que la pandemia de COVID-19 obliga a parte de los operarios a trabajar desde sus hogares.
Este es solo la primera de las nueve maniobras de empuje gravitacional que han de dirigir a la BepiColombo hasta las cercanías de Mercurio. En total, la nave sobrevolará la Tierra una vez, Venus en dos ocasiones y Mercurio seis veces. Finalmente, entrará en su órbita el 5 de diciembre de 2025 y comenzará sus observaciones científicas en marzo de 2026 , trabajando durante uno a dos años.
Misión a Mercurio
La BepiColombo es la nave más sofisticada de la ESA y tiene el importante cometido de convertirse en la tercera sonda en visitar al planeta más próximo al Sol. Allí estudiará el origen y la evolución de Mercurio, analizará las propiedades de su superficie y su interior y aprenderá sobre el campo magnético y la atmósfera.
En especial, BepiColombo buscará confirmar la existencia de hielo , explicar la contracción del interior del planeta o por qué su campo magnético está a 400 kilómetros de su centro. La ESA confía en que el mejor conocimiento de un planeta tan cercano a su estrella progenitora revele además nuevos datos sobre la evolución general de nuestro Sistema Solar .
Dos naves en una
La BepiColombo está compuesta por dos misiones en una. Consiste en una nave diseñada por la ESA y llamada «Orbitador Planetario de Mercurio» (MPO, por sus siglas en inglés) y una parte diseñada por la JAXA y llamada «Orbitador Magnetosférico de Mercurio» (MMO).
El orbitador europeo (MPO), va equipado con 11 instrumentos y pesa lo mismo que un coche. Cartografiará la superficie de Mercurio, tomará imágenes de alta resolución, analizará la composición de los materiales del suelo (cosa desconodida por el momento) y analizará el campo magnético de este planeta.
El orbitador japonés (MMO), por su parte, solo pesa 255 kilogramos y transporta cuatro instrumentos científicos. Tiene forma de octógono y está recubierto por espejos . Su objetivo será estudiar el campo magnético, la presencia de partículas de polvo y la naturaleza de la tenue atmósfera de Mercurio.
En mitad del infierno
La misión es muy compleja, porque la nave se adentrará en una región arrasada por el viento solar, lo que explica que la nave esté blindada y que incluso así solo esté pensada para durar uno o dos años.
Además, esta misión será el primer viaje interplanetario de la ESA que dependerá de motores de propulsión iónica . Estos aprovechan la energía captada en los paneles solares para robarle electrones al xenón, que la BepiColombo lleva almacenado en un tanque, y al hacerlo generan la propulsión deseada.
La cercanía a la enorme masa del Sol obliga a tomar una ruta indirecta. Aunque la sonda solo necesitaría cinco meses para volar a Mercurio directamente, su velocidad impediría que entrase en la órbita. Por eso, tendrá que tomar una ruta más indirecta, apoyarse en la gravedad de otros planetas y recorrer 9.000 millones de kilómetros .
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