Todo preparado para un histórico doble vuelo sobre Venus

Las naves Solar Orbiter y BepiColombo pasarán sobre nuestro vecino con apenas 30 horas de diferencia entre este lunes y martes

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Esquema del sobrevuelo de BepiColombo y Solar Orbiter sobre Venus Francisco Javier Torres / ESA
Patricia Biosca

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A Venus se le conoce como el ‘gemelo infernal’ de la Tierra porque ambos planetas tienen una forma y composición parecidas, pero el día a día en nuestro vecino es mucho más extremo. De hecho, los científicos creen que, en algún momento, Venus fue muy parecido a nuestro mundo, con agua líquida discurriendo por su superficie. Pero después se convirtió en un lugar seco y ciertamente infernal, con una atmósfera compuesta casi en su mayoría por dióxido de carbono y tan densa que el equivalente en la Tierra sería sumergirse a un kilómetro de profundidad en el mar. Muchos investigadores opinan que lo que vemos ahora de Venus es el futuro que podría esperarle a la Tierra, por lo que conocer sus secretos podría ser vital para nuestra existencia. Y justo hoy comienza una increíble oportunidad: dos naves espaciales, Solar Orbiter y BepiColombo, se acercarán a tan solo unos centenares de kilómetros casi de forma simultánea. Un sobrevuelo doble histórico.

En realidad, ninguna de las dos tiene como objetivo principal Venus. BepiColombo partió de la Guayana Francesa en octubre de 2018 con la misión de desentrañar el origen y la evolución de Mercurio, su composición, su exosfera y su magnetosfera. Porque la tecnología humana solo ha llegado hasta el primer planeta del Sistema Solar en dos ocasiones, y estos dos viajes dejaron más incertidumbres que certezas. Por su parte, Solar Orbiter despegó desde Cabo Cañaveral justo antes de que la pandemia asolara al mundo, en febrero de 2020, con el cometido de desentrañar los misterios de nuestra estrella, como por qué su corona está mucho más caliente que su superficie. Pero ambas misiones también comparten varias cosas: para empezar, las dos tienen a la Agencia Espacial Europea (ESA) como principal organismo impulsor (si bien BepiColombo se lleva a cabo en colaboración con la Agencia Espacial Japonesa -JAXA- y Solar Orbiter con la NASA). Y, además, ambas naves necesitan de los planetas cercanos al Sol, concretamente a su gravedad, para ayudarles a perder un poco de energía orbital y poder llegar a sus destinos finales.

«El doble sobrevuelo ofrece una oportunidad sin precedentes para estudiar el entorno de Venus desde diferentes lugares al mismo tiempo y, además, en lugares que normalmente no son visitados por un orbitador», explican desde la ESA. Tan solo 30 horas separarán estas visitas. Solar Orbiter volará por encima de Venus en la madrugada del lunes acercándose hasta los 7.995 kilómetros de su superficie, a las 6.42 hora española. La idea es que utilice la gravedad de nuestro vecino para acercarse al Sol y cambiar su inclinación orbital, ‘aupándose’ sobre ella, para situarse en un plano que le permita hacer las primeras fotos de los polos solares. Por su parte, BepiColombo se acercará aún más, a tan solo 550 kilómetros de altitud, un poco después: a las 15.48, hora española, del martes. La nave también necesita del ‘empujón’ gravitacional de Venus, además del de la Tierra y el propio Mercurio, que junto con el sistema de retropropulsión espacial eléctrica le permitirá llegar a su órbita y no caer en la inmensa atracción del Sol.

No se podrá seguir el viaje en directo, pero quedarán testimonios de él: aunque las cámaras científicas a bordo de las sondas no podrán ser utilizadas, dos de los tres equipos que monitorizan BepiColombo tomarán instantáneas de Venus durante el acercamiento, y llegarán a la Tierra apenas unas horas después. Solar Orbiter, por su parte, intentará captar el lado nocturno del planeta con su generador de imágenes SoloHI, destinado a ‘ver’ las partículas cargadas del viento solar. Pero su función no será solo fotográfica, sino también científica. Tanto Solar Orbiter como los dos orbitadores que acompañan a BepiColombo recopilarán datos sobre el entorno magnético y de plasma de Venus desde diferentes ubicaciones. Además, toda esta información se combinará con los datos de la sonda Akatsuki, de JAXA, que está en órbita alrededor de Venus.

Quizá la combinación de todos estos datos aporten luz acerca de cuestiones tan controvertidas como el posible vulcanismo reciente que indicaría que se trata de un planeta geolígicamente activo ; o sobre la polémica detección de fosfina hace un año, que se llegó a relacionar con vida sobre su superficie . Mientras, las naves de la ESA continuarán sus viajes. Está previsto que BepiColombo llegue a Mercurio en la madrugada del 1 al 2 de octubre. Por su parte, Solar Orbiter llevará a cabo más sobrevuelos (el siguiente, utilizando la gravedad terrestre el próximo 27 de noviembre) y continuará inclinando su órbita. Su primer intento de ver los polos solares será en torno a marzo de 2025. Dos misiones llamadas a hacer historia incluso durante el viaje a su objetivo.

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