La terrible avispa que convierte en zombis a las arañas
Una nueva especie descubierta en la Amazonia ecuatoriana introduce sus larvas en los arácnidos, que pierden su voluntad y se alejan del nido
Uno de los argumentos más recurrentes en las películas de terror es que se propague una infección que convierte a las personas en « zombies ». Sin raciocinio ninguno, estos muertos vivientes quedan a merced de una inteligencia superior o de los propios instintos del virus, que les «programa» para atender a un único objetivo: continuar propagando la plaga. Sin embargo, este comportamiento ya ocurre en el mundo animal , y son muchos los seres vivos parásitos que colonizan cuerpos ajenos. Es el caso de la avispa Zatypota , quien convierte a sus vecinas arañas primero en incubadoras , luego en vehículos de transporte y, finalmente, en comida . Con un solo picotazo.
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Así lo han descubierto investigadores de la Universidad de British Columbia (Canadá) , quienes estaban estudiando los parásitos que conviven con las poblaciones de arañas sociales de la Amazonía ecuatoriana . Es decir, buscaban observar las interacciones de otras especies en poblaciones de arácnidas como la de la Anelosimus eximius , unas arañas que cooperan en comunidad para cazar o cuidar de las larvas. Además, nunca se alejan de sus nidos , que tienen forma de cesta.
Se van para construir incubadoras
Pero los científicos observaron que algunas de ellas se marchaban del hogar y tejían redes de capullos para luego quedarse inmóviles. «Fue muy extraño porque normalmente no hacen eso, así que empecé a tomar notas», explica Philippe Fernández-Fournier , autor principal del estudio que se acaba de publicar al respecto en « Ecological Entomology ». Al examinar a estas arañas «zombies», observaron que pegadas a su abdomen había unas larvas de una especie de avispa recién descubierta , la Zapyota , que se desarrollaba gracias a los recursos vitales de los arácnidos. Pero no acababa ahí: las larvas utilizaban a las arañas como un medio de transporte, como si se tratara de un coche al que conducen a casi un metro de distancia de su hogar.
«Las avispas que manipulan el comportamiento de las arañas se han observado antes , pero no en un nivel tan complejo como este », continua Fernández-Fournier. «No solo esta avispa interfiere con una especie de araña social, sino que además provoca que abandone su colonia, lo que rara vez ocurre», señala.
Larvas «zombificadoras»
Utilizando datos recopilados en Ecuador para diferentes proyectos entre 2012 y 2017, los investigadores comenzaron a reconstruir el ciclo de vida de la avispa y su relación parasitaria con la araña. Y así encontraron algo fascinante y horroroso a partes iguales .
Después de que la avispa hembra adulta ponga huevos en el abdomen de la araña, la larva eclosiona . El huésped se adhiere y se alimenta de la hemolinfa de la araña, apropiándose poco a poco de su cuerpo, incluido su cerebro. En ese momento, cuando la araña se ha convertido en un «zombie», sale de la colonia y crea un capullo en torno a la larva « zombificadora » justo antes de quedarse inmóvil y convertirse en comida. De 9 a 11 días después, con la araña totalmente consumida tras el festín de la larva, emerge una nueva avispa y comienza de nuevo el ciclo.
Casos similares de parasitismo se han dado en otras especies de avispas, aunque en arañas solitarias a las que «obligan» a tejer capullos similares a los que crearían para sus crías. La diferencia con estas avispas es que realizan actos que en ningún caso realizarían normalmente. «La avispa secuestra completamente el comportamiento y el cerebro de la araña, y la obliga a dejar su nido y a construir una estructura completamente diferente a la que haría en condiciones normales», apunta.
Cómo «secuestran» su cerebro
Se desconoce por el momento cómo estas avispas consiguen «secuestrar» el cerebro y la voluntad de las indefensas arañas, aunque se apunta a una inyección de hormonas como la causa probable. Esta inoculación de alguna forma provocaría que la araña pensase que se encuentra en una etapa diferente de su vida o que se marche de su propia colonia.
Además, el hecho de que estas avispas fijen su objetivo en grupos de arañas sociales grandes -de hecho, se ha observado que cuanto mayor es la comunidad, mayor probabilidad tiene de ser atacada por estos insectos «zombificadores»- puede deberse a que así se aseguran una fuente estable de alimento .
Ahora toca investigar si las avispas regresan generación tras generación a la misma comunidad de arañas y qué ventaja evolutiva podría tener esta interesante aunque brutal forma de vida.