Halloween

Siete historias (reales) de terror científico

Criaturas pavorosas, visitantes de otras estrellas o agujeros negros en ruta hacia nuestra galaxia. El miedo no solo puede inspirarse en la ficción, sino también en hechos auténticos

Un ejemplar de Creatonotos gangis, una polilla que exhibe sus repulsivas gónadas para procrear FACEBOOK

ABC.ES

La cada vez más popular celebración de Halloween recuerda cada año lo mucho que le gusta a las personas pasar un poco de miedo. Se ha discutido que esto tiene una posible función biológica y social y, como cada año, los cines se siguen llenando de películas terroríficas donde las parejas pueden pasar un momento extrañamente romántico . Pero, más allá de las fantásticas historias de zombis, fantasmas y monstruos, lo cierto es que en el mundo real no faltan los fenómenos ni criaturas pavorosos.

1) El insecto más espeluznante

Muy recientemente, un considerable número de usuarios de Facebook se dio un buen susto al encontrarse con la imagen de un insecto que parecía salido de una pesadilla. La foto y un vídeo protagonizados por esta extraña criatura fueron publicados el 19 de octubre por Gandik, de Semarang, Indonesia. En ellos se veía como una especie de polilla agitaba acompasadamente un extraño y peludo apéndice que parecía una gran «X» gris . Pese a su extraño y repulsivo aspecto, en realidad solo se trata de un animal amoroso que solo pretende gustar.

El apéndice que mueve con tanta agitación es una coremata, un órgano que los machos llevan en el extremo del abdomen y que en ocasiones evierten, es decir, sacan del interior de su cuerpo. Cuando está expandido, el órgano peludo, que puede ser aún más grande que el abdomen, lanza feromonas que a las polillas hembras les parece el más cautivador de los perfumes. Solo así se entregan al romance.

2) Los monstruos voladores de Transilvania

Hace al menos 70 millones de años que nadie oye su rugido, pero hoy en día sigue resultando escalofriante. Se trata de Hatzegopteryxs, un fósil del que fuera un musculoso y gigantesco pterosaurio , un reptil volador que sembró el terror en los cielos en la actual Transilvania (Rumanía). Este terrible animal, cuya ferocidad podría compararse a la del famoso Tiranosaurus rex , habría sido capaz de comer presas del tamaño de un caballo pequeño de hoy en día.

Caldera de Campi Flegrei - UA

Un equipo internacional de investigadores insistió en su peligrosidad, después de haber localizado, bajo la ciudad italiana de Pozzuoli, la potencial fuente de magma que alimentó la caldera durante su último período de actividad, en los años 80, cuando la zona sufrió una serie de pequeños terremotos. Aunque el comportamiento del volcán ha cambiado, el hallazgo podría ayudar a predecir cómo y dónde podrían estallar futuras erupciones. Esto será clave para estar preparado con la llegada de la próxima erupción.

6) La verdad tras los vampiros

El vocablo «vampiro» apareció en el siglo XVIII para designar a un espectro o cadáver que chupa la sangre de los vivos hasta matarlos. Su mito tiene varias explicaciones lógicas y racionales . En una Europa asolada por la peste, no era extraño que los agonizantes fueran enterrados vivos en fosas comunes, por lo que es posible que se pudiera ver a «muertos» saliendo de sus tumbas.

Además, los síntomas de varias enfermedades pudieron ser la fuente de inspiración del vampirismo . Por ejemplo, con bastante frecuencia los pacientes esquizofrénicos presentan una cierta aversión a verse reflejados en los espejos y a tener una inversión del ciclo vigilia-sueño, por lo que probablemente hace siglos habría personas que salían de sus casas de noche y vagaban solitarios por las calles, mientras mostraban un comportamiento que resultaba incomprensible en la época.

Por otro lado, la porfiria se caracteriza porque los afectados presentan una notable fotosensibilidad a la radiación ultravioleta, que puede obligar a los pacientes a salir por la noche. Otros síntomas, como las deformaciones faciales y la consiguiente retracción labial, podían llevar a que los incisivos resultaran excesivamente grandes. Por no hablar de la rabia. Sabemos que durante el siglo XVIII hubo grandes epidemias de rabia en la Europa del Este, lo que implica una más que curiosa coincidencia geográfica y temporal con el momento de mayor difusión de la leyenda. No era extraño que estos pacientes mostraran síntoma como la agresividad, la hipersexualidad y las alteraciones del ritmo vigilia-sueño. ¿No encaja con la visión del vampiro?

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