Así será la futura base española en la Antártida
La instalación del CSIC, ubicada en la isla Livingston, acogerá a 52 científicos para realizar proyectos de investigación

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha presentado las primeras imágenes de la futura Base Antártica Española (BAE) Juan Carlos I, ubicada en la isla Livingston. La instalación científico-técnica podrá acogar a 52 científicos que investigarán sobre el cambio climático y la vida en uno de los lugares más extremos del planeta.
El origen de la base del CSIC se remonta a 1988. En un primer momento, la instalación podía alojar a 12 personas, una cifra que años después aumentó a 25 con la instalación de nuevos módulos.
La nueva sede, que estará disponible a partir de la campaña 2017/2018, podrá acoger a 52 científicos y técnicos en sus 2.000 m cuadrados habitables, sus 600 m cuadrados de laboratorios y sus 1.500 de almacenamiento. El módulo habitable está dividido en tres: uno de ellos contiene la enfermería, la cocina, la despensa, las cámaras frigoríficas, el salón-comedor, el gimnasio y los despachos, y los otros dos están ocupados por los dormitorios y los baños.
«La Juan Carlos I acoge, desde sus orígenes, a investigadores del CSIC, por supuesto, pero también a investigadores de cualquier parte del mundo. La ciencia es multidisciplinar e internacional, por lo que la base tiene ese objetivo, que toda la comunidad científica pueda llevar a cabo allí sus proyectos de investigación», destaca el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo.
La base gestionada por el CSIC acoge proyectos científicos de todo tipo. Cambio climático, deshielo, pingüinos, contaminación, sismicidad y plancton son algunos de los temas que allí se investigan.