SCIENCE
El secreto para volar como un colibrí
Una investigación explica cómo y por qué la evolución ha esculpido la maniobrabilidad de estos animales

Los colibríes están entre las aves más pequeñas que existen: sus cuerpecitos apenas miden tres o cinco centímetros. Estos pájaros vistosos tienen picos alargados para alimentarse del néctar que se esconde en las flores y, en vuelo, están especializados en hacer maniobras muy cerradas y en quedarse suspendidos . La mezcla de azúcares y agua del néctar les permite mantener un metabolismo muy acelerado. De hecho, su corazón puede llegar a latir 1.260 veces por minuto y sus alas baten entre 12 y 80 veces por segundo (aún así muy lejos de los 2.000 batidos por segundo de algunos insectos). Gracias a esto pueden mantener tasas de consumo de oxígeno en sus músculos diez veces mayores a las de un atleta de élite.
Tal como ha explicado Peter C. Wainwright , biólogo de la Universidad de California (EE.UU.) y autor de un comentario que ha acompañado a la investigación en Science , la tarea de estudiar y definir la maniobrabilidad en vuelo está lejos de ser sencilla. Además, no hay muchos estudios que hayan podido analizar este asunto en los colibríes. Sin embargo, «la maniobrabilidad tiene implicaciones de largo alcance para la supervivencia y éxito (de estos animales)».
Wainwright explica que esta increíble maniobrabilidad depende de una perfecta y refinada integración del sistema nervioso con el sistema sensorial del animal, y también de su capacidad para eludir obstáculos a una velocidad increíble, que no es raro que llegue a los 50 kilómetros por hora.
Todo este estudio, según este investigador, ayudará a comprender mejor el vuelo de estos animales y cómo afecta a su supervivencia y su interacción con el entorno.
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