Primeras imágenes del segundo «Oumuamua», el nuevo viajero interestelar
C/2019 Q4 (Borisov) fue captado por el observatorio Gemini Norte, en Maunakea (Hawai), así como por el Observatorio de Roque de los Muchachos, en La Palma
Tal y como los astrónomos esperaban, ha vuelto a ocurrir: otro viajero interestelar de más allá de nuestros confines , el Sistema Solar, ha aparecido. Un nuevo « Oumuamua » -el nombre que recibió el primer objeto que pudimos fotografiar adentrándose en nuestro vecindario cósmico- que parece ser menos misterioso que su antecesor , ya que todas las teorías parecen coincidir en que se trata de un cometa.
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El responsable de la primera imagen del bautizado como C / 2019 Q4 (Borisov) -nombrado así en honor al aficionado astrónomo que lo descubrió el 30 de agosto, Gennady Borisov - es el Observatorio Gemini, que utilizando el espectrógrafo de objetos múltiples Gemini en el Telescopio Gemini Norte en el monte Maunakea (Hawai) pudo captarlo en la noche del 9 al 10 de septiembre.
«Esta imagen fue posible debido a la capacidad de Gemini para ajustar rápidamente las observaciones y captar objetos como este, que tienen ventanas de visibilidad muy cortas», explica en un comunicado Andrew Stephens , del Observatorio Gemini, quien coordinó las observaciones. «Sin embargo, realmente tuvimos que hacer un gran esfuerzo», afirma.
La imagen muestra una cola muy pronunciada, indicativa de desgasificación, que es lo que define un objeto cometario. Esta es la primera vez que un visitante interestelar de nuestro Sistema Solar muestra claramente una cola debido a la desgasificación . El único otro visitante interestelar estudiado en nuestro Sistema Solar, Oumuamua, que era un objeto alargado que no mostraba una cola o coma típica de los cometas, si bien poseía una aceleración extraña para ser un asteroide, por lo que las teorías acerca de este objeto aún continúan debatiéndose .
La imagen desde Canarias
Otra imagen, tomada esta vez por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) -que ya ha llevado a cabo un estudio preliminar de este nuevo objeto interestelar-, también muestra «una coma y cola bien definidos», explica Miquel Serra Ricart , reafirmando la teoría de que, en efecto, C/2019 Q4 (Borisov) es un cometa.
De momento se sabe que C / 2019 Q4 se encuentra cerca de la posición aparente del Sol en nuestro cielo y, en consecuencia, es difícil de observar debido al resplandor del crepúsculo. La trayectoria hiperbólica del cometa , que es la evidencia de su origen más allá de nuestro Sistema Solar, lo llevará a condiciones de observación más favorables en los próximos meses . De hecho, los investigadores creen que aún habrá un año por delante para poder ver más detalles acerca del segundo viajero interestelar captado por la tecnología humana.
Primeros artículos
En tan solo dos semanas ya empiezan a llegar los primeros estudios en preimpresión (es decir, sin revisar por pares). Dos equipos separados -uno el del IAC- ya han analizado el cometa hasta el momento: uno mirando el color del objeto y otro su espectro, para ver si podían aprender más sobre la composición del extraño cuerpo.
Ambos coinciden en que se trataría de un cometa y que se parecería mucho a nuestros cometas del Sistema Solar, lo que podría significar que otros sistemas serían parecidos en composición al nuestro. El primer artículo está dirigido por Piotr Guzik y Michal Drahus de la Universidad Jagellonian en Polonia, y se encuentra en arXiv ; el otro está dirigido por la astrónoma Julia de León, del Instituto de Astrofísica de Canarias y publicado en el sitio web de la institución .
«El cometa C / 2019 Q4 no podría haberse formado en nuestro Sistema Solar tal como lo conocemos, sino alrededor de una estrella que no sea el Sol y haber escapado de su atracción gravitacional, probablemente hace millones de años», explican los investigadores del IAC. Por su parte, Carlos y Raúl de la Fuente Marcos señalan que sus «simulaciones directas de N-cuerpos que utilizan la última determinación de órbita colocan C / 2019 Q4 mucho más allá de la esfera de influencia del Sistema Solar hace solo 50.000 años, moviéndose hacia adentro a una velocidad de casi 500 veces mayor que la velocidad de escape del Sistema Solar a esa distancia. En este contexto, es difícil excluir un origen extrasolar para C / 2019 Q4».