El plan británico para atacar a Alemania con carbunco en la Segunda Guerra Mundial
El gobierno planteó bombardear al enemigo con cinco millones de bombas cargadas con esporas de la bacteria «Bacillus anthracis»
La isla de Gruinard es un pedazo de tierra escocesa de apenas unos dos kilómetros de largo por uno de ancho, situada en la bahía homónima, a medio camino entre Ullapool y Giarloch. Se encuentra separada de la costa noroeste de Escocia por tan sólo un kilómetro de distancia.
Esta isla tiene playas de arena fina, montañas de color verde y exuberante vegetación, una belleza natural que esconde un oscuro pasado.
Para conocer su secreto tenemos que remontarnos hasta 1942. La Segunda Guerra Mundial se encuentra en un punto de inflexión, los alemanes han perdido la ventaja inicial y la contienda ha alcanzado un peligroso equilibrio .
Es una situación especialmente delicada para los gobiernos porque puede prolongarse durante mucho tiempo y socavar la moral de las tropas. Ambos bandos comienzan a buscar vías alternativas a la guerra convencional .
Ataque con carbunco
Los británicos conciben la idea de bombardear los campos alemanes con tortas de pienso compuesto infectadas por carbunco, las cuales serán un apetitoso convite para el ganado.
Las esporas del Bacillus anthracis provocan una infección en los animales que entran en contacto con ella y en los humanos, bien a través de la ingesta de carne contaminada con esporas o bien por la inhalación de las mismas. Las consecuencias en vidas humanas serían incalculable, en muy poco tiempo ocasionaría la muerte de millones de alemanes.
A este desastre hay que añadir que la escasez de ganado y de productos lácteos teutones derivaría en una terrible hambruna, provocando la muerte de los supervivientes. La zona elegida para llevar a cabo los lanzamientos fue Oldenburg y Hannover, ya que allí se concentraba la mayor parte del ganado alemán.
«Operación Vegetariana»
Este macabro plan fue bautizado sarcásticamente por los servicios de inteligencia británica con el nombre en clave de «Operación Vegetariana».
Antes de llevarlo a cabo se decidió estudiar con más detalle los efectos del carbunco en una zona contralada. El lugar elegido fue la pequeña isla de Gruinard.
En ella los científicos que participaron en el experimento soltaron ochenta ovejas y, a continuación, detonaron varias bombas cargadas con esporas. La cepa elegida fue una especialmente virulenta -la «Vollum 14578»-, su nombre hace alusión al bacteriólogo canadiense que la aisló por vez primera.
Tal y como estaba previsto, a los pocos días de la explosión todas las ovejas fallecieron. Los efectos devastadores del espantoso ataque bacteriológico fueron grabados en una película de dieciséis milímetros en color.
Una cuarentena de 40 años
Ante el éxito obtenido, los británicos fabricaron un total de cinco millones de tortas de pienso que, afortunadamente, no fueron lanzadas, puesto que en 1943 la guerra viró y un ataque bacteriológico se volvió desproporcionado y carente de sentido. Las bombas fueron finalmente destruidas en un incinerador.
La guerra terminó pero la isla de Gruinard siguió siendo un lugar inhóspito para la vida a pesar de que los cadáveres de las ovejas se quemaron y se llevaron a cabo labores de descontaminación.
El Gobierno no tuvo más remedio que adquirir la isla –hasta entonces propiedad privada- y mantenerla en cuarentena durante más de cuatro décadas . No fue habitable hasta 1986, cuando una empresa roció la isla con 280 toneladas de formaldehído, cubriendo con ellas unas ciento noventa y seis hectáreas. También retiró la tierra de las zonas más contaminadas.
Para comprobar si el suelo había sido totalmente descontaminado se volvió a introducir un rebaño de ovejas en la isla, permitiendo que pastase libremente. Al contrario de la suerte que corrieron las primeras, ninguna falleció. Cuatro años después la isla fue vendida nuevamente a los herederos del propietario original por la simbólica cantidad de quinientas libras esterlinas.
Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación
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