Obsesionados por el sexo hasta la muerte
Los machos de la serpiente jarretera envejecen más rápido y mueren antes y en peores condiciones que las hembras debido al frenesí con el que se dedican al apareamiento
Tras ocho meses de hibernación en madrigueras subterráneas, las culebras rayadas o serpientes jarreteras (Thamnophis sirtalis) de Norteamérica emergen en masa en primavera formando grandes aglomeraciones para reproducirse durante dos o cuatro semanas.
En ese período se suceden las orgías en las que miles de machos buscan desesperadamente aparearse con una hembra . La competencia es tan intensa que durante esas semanas los machos no comen, aprovechan todo su tiempo para procrear y se pelean por las hembras, que no dedican más de tres días a la reproducción.
Científicos de la Universidad de Sidney en Australia han analizado cómo afecta este intenso período a una población de serpientes de Manitoba en Canadá y han llegado a la conclusión de que los machos son incapaces de mantener una buena condición corporal. Envejecen más rápido que las hembras . Para demostrarlo, midieron la longitud de los telómeros, un biomarcador del envejecimiento.
El estudio, publicado en la revista Royal Society Journal Proceedings B , señala que los machos gastan toda su energía en el apareamiento, en lugar de protegerse contra el daño genético y celular asociado al envejecimiento. Por el contrario, las hembras priorizan la condición corporal y son más capaces de reparar el daño celular, lo que conlleva vidas más largas y mayores oportunidades en el futuro para reproducirse.
«Aunque creemos que todas las hembras se reproducen cada año, solo permanecen en los lugares de apareamiento durante un corto período de uno a tres días, mucho menos que los machos que permanecen por lo menos una semana y hasta 21 días, lo que les hace envejecer más rápido y morir antes que ellas», asegura Christopher R. Friesen, investigador en la Universidad de Sidney.
A esto se añade el hecho de que, dependiendo de sus reservas de grasa y energía, «las hembras pueden almacenar el esperma durante 15 meses o más tiempo antes de utilizarlo para fecundar sus huevos», explica el investigador.
Además de dar prioridad a la autopreservación antes que al sexo, las culebras tampoco pierden energía al cuidar a sus crías después del nacimiento.
Más información: Las serpientes devorahombres de Filipinas
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