Múltiples supernovas sembraron las 'semillas' de los planetas de nuestro Sistema Solar

Sin ellas, es probable que la Tierra y el resto de mundos de nuestro sistema planetario nunca hubieran llegado a formarse

La región de formación estelar de Ophiuchus João Alves/ESO VISIONS
José Manuel Nieves

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Como sabemos ya muy bien, los planetas del Sistema Solar surgieron a partir de materiales sobrantes de la formación del Sol, hace alrededor de 4.500 millones de años . Sin embargo, hasta ahora los científicos no habían conseguido explicarse cómo ciertos elementos radiactivos, de vidas cortas pero que resultan esenciales para la formación planetaria, habían podido llegar hasta las inmediaciones del Sol para hacer posible el proceso.

Por eso, un equipo de investigadores del Centro de Astrofísica Computacional del Instituto Flatiron, en Nueva York, y las universidades de Viena y California en Santa Cruz decidieron explorar una cercana región de formación de estrellas en Ophiuchus ( Ofiuco ), cuyas condiciones parecen similares a las del Sistema Solar temprano. Su trabajo se ha publicado hace apenas unos días en ' Nature Astronomy '.

La principal conclusión de los científicos es que las partículas de esos elementos tan necesarios son comunes en los ' semilleros de estrellas ', grandes nubes de polvo y gas a partir de las que las estrellas, y sus planetas, nacen. ¿Pero cuál es la fuente de esas partículas?

Para averiguarlo, John Forbes , autor principal de este trabajo, y sus colegas, buscaron pistas en el aluminio-26 , uno de los primeros materiales sólidos que se condensaron a partir de la nube de polvo que rodeaba al sol recién nacido y de la que poco después se formaron los planetas. El aluminio-26 se forma en el interior de las estrellas, y tiene una vida útil relativamente corta, de alrededor de 100.000 años. Mucho más breve que el proceso de formación planetaria, que duró cerca de mil millones de años. Por lo tanto, la presencia de este elemento sugiere una fuente cercana capaz de producirlo en la cantidad suficiente.

Al estudiar las condiciones de Ophiuchus, los investigadores determinaron que la fuente más probable de aluminio-26 en nuestro propio Sistema Solar fue una sucesión de supernovas cercanas, explosiones de estrellas que, con su muerte violenta, 'riegan' su entorno con todos los materiales que han estado fabricando durante cientos de millones de años. «La mayor parte del trabajo para comprender la fuente de aluminio-26 y de otros radionucleidos de vida corta en el Sistema Solar -explica Forbes- ha sido, por pura necesidad, idealizado. Ophiuchus nos ofrece un ejemplo real de cómo se puede desarrollar el proceso, lo que resulta extremadamente útil cuando se trata de algo tan complejo».

Como se ha dicho, el aluminio-26 es uno de los muchos metales producidos en el corazón ardiente de las estrellas masivas . Cuando la estrella se convierte en supernova y explota, dispersa sus entrañas por la galaxia. En teoría, una sola supernova podría ser la fuente de todo el aluminio del Sistema Solar. Sin embargo, según Forbes, la producción de aluminio-26 de una sola supernova no sería suficiente.

«Para ciertas masas de estrellas que se convierten en supernovas -prosigue Forbes-, podría producirse suficiente aluminio-26, pero debido a la rápida desintegración del aluminio-26, esa supernova tendría que haber ocurrido recientemente y estar en el rango de masa correcto, Algo que es posible, pero no probable».

Ophiuchus es una región típica de formación de estrellas ubicada cerca de nosotros. Y justo al lado hay un cúmulo rico en estrellas masivas . Las estrellas gigantes tienen una vida corta en comparación con la vida extensa del Sol: una estrella 8 veces más masiva que la nuestra, por ejemplo, vivirá solo 40 millones de años, en comparación con los 10 mil millones de años de vida del Sol. Lo cual las convierte en muy malas vecinas, ya que pueden calentar en exceso el gas de las regiones cercanas de formación de planetas, destruyendo núcleos planetarios y discos en el proceso. Pero las estrellas gigantes equilibran esta interferencia en la formación de planetas al compartir un valioso suministro de aluminio-26 cuando explotan, material que puede ayudar en la formación de planetas.

Al estudiar Ophiuchus y sus estrellas masivas vecinas en múltiples longitudes de onda, Forbes y sus colegas determinaron que los discos de los que surgirán nuevas estrellas probablemente recibirán grandes cantidades de aluminio-26 de sus vecinas moribundas. Ophiuchus es una región de formación de estrellas típica, sin nada que la señale como diferente de las demás, lo cual sugiere que la mayoría de las estrellas, incluido nuestro sol, recibieron una 'inundación' de aluminio-26 de sus vecinas antes de nacer.

De este modo, la explosión de toda una serie de supernovas en los lejanos tiempos del nacimiento del Sol, proporcionaron el material necesario para que a su alrededor se formaran los planetas que hoy conforman nuestro sistema. Una prueba más de que, literalmente, somos hijos de las estrellas.

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