EXPERIMENTO POLÉMICO

La mujer que se saltó todas las reglas para no envejecer

Una compañía de Biotecnología anuncia los primeros resultados de una terapia génica antienvejecimiento con una única paciente, su propia CEO Elizabeth Parrish

NURIA RAMÍREZ DE CASTRO

Elizabeth Parrish es probablemente una de las pocas mujeres de mediana edad a las que no les importa confesar su edad. Tiene 45 años y un aspecto envidiable. Podría pasar por alguien más joven, quizá con diez años menos, como les ocurre a otras mujeres que están en esa etapa de dulce indefinición en la que con 45 años se puede pasar por 35. Pero, a diferencia de ellas, puede que Parrish también esté más joven por dentro, y sus órganos y tejidos tengan una edad biológica menor. Su secreto no está en seguir una buena alimentación, no fumar, apartar el alcohol o hacer ejercicio físico. Al menos, no solo en eso, sino en un tratamiento antienvejecimiento que ha desarrollado su propia compañía, una biotecnológica afincada en Seattle (EE.UU.) que se llama BioViva .

El año pasado Parrish cogió un avión y cambió la lluviosa ciudad de Seattle por la soleada Colombia . Allí, en un lugar indeterminado que no ha trascendido y sin supervisión, recibió numerosas inyecciones de dos terapias génicas experimentales . Una de ellos tenía como objetivo alargar sus telómeros , una pequeña estructura que protege los extremos de los cromosomas. Estas estructuras tienen la clave del cáncer y el envejecimiento y se sabe que cuanto más cortos sean, más riesgo se tiene de sufrir una enfermedad oncológica y todos los males relacionados con el paso del tiempo. Desde las enfermedades cardiovasculares a las neurodegenerativas, como el alzhéimer. Por tanto, cuanto más largos sean mejor para nuestra salud.

Los telómeros están en los extremos de los cromosomas. Son un testigo interno de nuestra propia salud. Cuando más largos son, más longevos podemos ser y menos posibilidades hay de enfermar

El elixir de juventud que se ha inyectado Parrish no es una pócima cualquiera. La biotecnológica de Seattle se ha inspirado en las investigaciones de algunos de los centros de investigación más potentes de Europa y de Estados Unidos. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid es uno de ellos. Su directora, María Blasco, que no colabora con BioViva, publicó hace cuatro años los resultados de una terapia génica para prolongar el tamaño de los telómeros. Su grupo fue el primero en demostrar que se frenaba el acortamiento de los telómeros y con él se retrasaban las enfermedades propias del envejecimiento y aumentaba la longevidad de manera muy significativa. Eso sí, solo en ratones.

Posteriormente, el grupo de Blasco en el CNIO utilizó esta estrategia para tratar enfermedades asociadas al envejecimiento como el infarto de miocardio, y problemas de salud que están relacionados con telómeros mucho más cortos de lo normal, los llamados síndromes teloméricos (anemia aplásica, fibrosis pulmonar...).

María Blasco: «Es difícil sacar ninguna conclusión de un estudio que no tiene los controles necesarios»

Pero a la investigadora española no le gusta la forma de actuar de Parrish. «La manera de probar un medicamento y ver si es seguro y efectivo es haciéndolo con ensayos clínicos que, a su vez, están determinados por las agencias regulatorias. Esto se hace así para proteger a los pacientes», comenta a ABC.

La falta de esos mecanismos de regulación hacen inviable saber si realmente ha funcionado la terapia de BioViva, en opinión de Blasco. «Para saber si los efectos son atribuibles a la terapia, habría que tener un grupo control al que se le da placebo (sustancia no farmacológica que carece de acción curativa). Es difícil sacar ninguna conclusión de un estudio que no tiene los controles necesarios», insiste.

Tratar la muerte prematura

En el CNIO se están dando todos los pasos para llevar sus investigaciones a la consulta del médico. Sin trampas. «No se trata solo de tener financiación y apoyo privado, que sin duda es importante, sino de poder avanzar nuestros descubrimientos con esta estrategia para convertirla en un medicamento», asegura la directora del CNIO.

El objetivo número uno de este centro no es hallar una fórmula de juventud, sino tratar enfermedades asociadas a telómeros muy cortos que causan la muerte prematura de pacientes.

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