El misterio del Yeti, resuelto por el ADN: esto es en realidad
Estudios genéticos de supuestas muestras del Abominable hombre de las nieves desvelan su auténtica identidad
Fotos borrosas en las que una enorme figura antropofórmica parece caminar en la nieve o huir entre los árboles, huellas que no se atribuyen a ningún animal, restos de pelo... Todo ha servido para alimentar la leyenda del Yeti , una misteriosa criatura parecida a un gran simio que algunos creen habita las altas montañas de Asia y que ocupa un lugar destacado en la mitología del Nepal y el Tíbet.
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Los avistamientos del Abominable hombre de las nieves , como también se conoce a esta criatura, o de sus huellas han sido relatados durante siglos. Las historias se han transmitido de generación en generación, probablemente deformadas o exageradas por el paso del tiempo. En 1951 el Yeti entró definitivamente en el imaginario colectivo cuando una expedición al Everest tomó una serie de fotografías que mostraban las huellas impresas sobre la nieve de un pie gigantesco. Pero no hay nada mejor que las evidencias científicas para quitarle la careta a un monstruo.
Pero la hipótesis, casi tan fantástica como la leyenda, fue refutada poco después por dos investigadores . Eliécer E. Gutiérrez, biólogo evolutivo en el Instituto Smithsonian, y Ronald H. Pine, zoólogo del Instituto de Biodiversidad y el Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas, secuenciaron el ADN mitocondrial de las muestras y las atribuyeron a un oso ordinario del Himalaya .
El nuevo estudio «representa el análisis más riguroso hasta la fecha de muestras que se sospecha derivan de criaturas anómalas o míticas 'homínidas'», escriben Lindqvist y su equipo en el texto.
Unicornios y animales gigantes
Lindqvist cree que la ciencia puede ser una herramienta útil para explorar las raíces de los mitos sobre criaturas grandes y misteriosas. Por ejemplo, en África, la legendaria leyenda occidental de un «unicornio africano» fue explicada a principios del siglo XX por investigadores británicos, que encontraron y describieron un okapi de carne y hueso, un pariente de la jirafa que parece una mezcla entre ese animal, una cebra y un caballo.
Y en Australia, donde personas y animales de gran tamaño pudieron haber coexistido hace miles de años, algunos estudiosos han especulado que las referencias a enormes criaturas parecidas a animales en la mitología aborigen pueden haber surgido de encuentros antiguos con la megafauna real o sus restos , conocidos hoy en el registro fósil del continente.
Pero aunque esas conexiones siguen siendo inciertas, el trabajo de Lindqvist, como el descubrimiento del okapi, es directo: «Claramente, una gran parte de la leyenda del Yeti tiene que ver con los osos», asegura la investigadora.
Además de rastrear los orígenes de la leyenda del Yeti, Lindqvist también ha descubierto información sobre la historia evolutiva de los osos asiáticos . «Los osos en esta región son vulnerables o están en peligro crítico desde una perspectiva de conservación, pero no se sabe mucho sobre su historia pasada», dice. «Los osos pardos del Himalaya, por ejemplo, están en gran peligro. La clarificación de la estructura de la población y la diversidad genética pueden ayudar a estimar los tamaños de las poblaciones y elaborar estrategias».
Los científicos secuenciaron el ADN mitocondrial de 23 osos asiáticos (incluido el supuesto Yeti) y compararon estos datos genéticos con los de otros osos en todo el mundo. Este análisis mostró que, si bien los osos pardos tibetanos comparten un ancestro común cercano con sus parientes norteamericanos y eurasiáticos, los osos pardos del Himalaya pertenecen a un linaje evolutivo distinto que divergió de todos los demás osos pardos hace unos 650.000 años, durante un período de glaciación. La expansión de los glaciares y la geografía montañosa de la región pudo haber causado el aislamiento de los osos del Himalaya, lo que llevó a un camino evolutivo independiente.
«La investigación genética adicional sobre estos animales raros y elusivos puede ayudar a iluminar la historia ambiental de la región, así como a tener una historia evolutiva en todo el mundo, y muestras adicionales de 'Yeti' podrían contribuir a este trabajo», dice Lindqvist.