50 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA A LA LUNA

Misiones a la Luna con sello español

Varias empresas nacionales participan en futuras misiones a nuestro satélite en las que llegar ya no es el fin sino el principio

Recreación del sistema de guiado, navegación y control de la misión internacional Heracles ESA

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Hace ya más de sesenta años que el lanzamiento del Sputnik 1 marcó el comienzo de la conquista del espacio. El mundo entero se paralizaba una década después con la llegada del hombre a la Luna . Desde entonces hasta ahora la propulsión política de las misiones espaciales se ha ido poco a poco apagando, cediendo el testigo al interés estratégico-económico y, en los últimos años, incluso empresarial. Tras años de menor intensidad, la carrera espacial -y lunar- vuelve a cobrar sentido con un nuevo propósito más allá de las competiciones entre potencias: llegar ya no es el fin, sino el principio. Porque en estos años de conquista espacial, la industria ha logrado clavar su bandera en sectores absolutamente estratégicos: las comunicaciones , el transporte, el medio ambiente, la energía, la agricultura o la defensa y la seguridad utilizan la tecnología espacial como parte básica de sus actividades. Y los expertos avanzan que solo hemos visto una pequeña parte de lo que nos deparará el futuro.

Casas de análisis como Merrill Lynch-Bank of America se han hecho ya eco de la magnitud de la revolución que comienza a gestarse. «Estamos entrando en una era emocionante en lo que se refiere al espacio, donde esperamos más avances en las próximas décadas que a lo largo de toda la Historia de la humanidad», aseguraban los analistas el banco en un informe. Porque a medida que la tecnología permite rebajar el coste de acceso al espacio, aumenta el número de firmas interesadas en una industria que ya se valora en el entorno de los 350.000 millones de dólares . Por fortuna, España ha logrado no quedarse fuera de esta revolución. Nuestras empresas desarrollan tecnologías propias en todos los segmentos de la actividad espacial por lo que el potencial de crecimiento es enorme. Desde Tedae, la patronal que agrupa a las principales empresas del sector, destacan que las compañías españolas juegan un destacado papel en el escenario internacional. «Buena parte de los ingenios espaciales que orbitan la Tierra y navegan por el Universo se dotan de sistemas y equipos que han sido concebidos, desarrollados y fabricados por nuestras industrias. Y gozamos además de una sólida presencia en el mercado de satélites de telecomunicaciones y en el de lanzadores», explican.

Lo mismo ocurre con la exploración de nuestra Luna. Los principales hitos de los últimos años los han protagonizado las misiones no tripuladas enviadas por China (los robots Chang’e) y Estados Unidos (con los servicios de carga comercial lunar de la NASA, los CLPS por sus siglas en inglés). Misiones que buscan desarrollar módulos de exploración y otros sistemas que permitan a los humanos volver a pisar la Luna y, desde allí, preparar la exploración a Marte. También Europa, Rusia, Israel e India trabajan para no quedarse fuera de esta carrera. Y lo cierto es que el sello «made in Spain» ha estado presente en buena parte de estos proyectos.

Plataforma Cislunar

Uno de los más representativos es la misión internacional Heracles, en la que la empresa española GMV juega un papel relevante al ser la responsable de diseño del sistema de guiado, navegación y control. La operación está liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con sus homólogas canadiense y japonesa. El objetivo de Heracles es recuperar muestras lunares recogidas mediante un róver durante dos meses, en coordinación con la futura estación lunar Gateway , desde donde saldrán las muestras en dirección a la Tierra. Después, el róver continuará preparando las futuras misiones humanas durante un año. Precisamente en el proyecto Gateway, cuya construcción está prevista para la década de 2020 y que está llamada a convertirse en la próxima estación espacia, participa activamente otra compañía española, el Grupo Sener. Se trata del desarrollo de una futura plataforma espacial llamada Cislunar , en el que colaboran las agencias espaciales estadounidense, rusa, canadiense, japonesa y europea, y que podrá albergar astronautas durante periodos cortos de tiempo. Sener ha logrado cinco contratos y se encargará del desarrollo de interfaces para brazos robóticos, del diseño de las cuatro compuertas del módulo habitable, mecanismos de apunte de la antena de comunicaciones y del diseño de la estructura del vehículo de alunizaje que se acoplará a la estación, entre otras cuestiones.

Otro ejemplo es el de la empresa sevillana Alter Technology , que ha participado en la misión lunar china Chang’e 4 con funciones de ingeniería, ensayos y aprovisionamiento de componentes electrónicos. También estuvo presente en el módulo europeo Orion y en la misión rusa Luna-Glob. Elecnor Deimos , la división tecnológica del grupo Elecnor, ha estado presente en varias iniciativas de exploración lunar lideradas por la ESA o por empresas privadas, desarrollando sensores de navegación. Y Thales Alenia Space, que participa en varias misiones a la Luna como especialista en comunicaciones entre el satélite y la Tierra. De hecho, trabaja en la única misión activa de la ESA a la Luna (Smart-1), en otra de la agencia espacial de Corea del Sur (KPLO), así como en un programa de la NASA. Muestras de que esta vez a España no se le escapará la próxima revolución: la espacial.

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