S. Matthew Liao: «Podremos ahorrar energía si diseñamos humanos con visión nocturna»
Este catedrático en Bioética y filósofo de la Universidad de Nueva York propone modificar al ser humano a través de fármacos y de ingeniería genética para darle nuevas capacidades físicas y combatir el cambio climático
En «El próximo paso: la vida exponencial» ( que se puede descargar aquí ) la iniciativa OpenMind de BBVA ha reunido a veinte autores de referencia para analizar el potencial de tecnologías que hoy en día parecen ciencia ficción pero que podrían ser una realidad mañana. Todos ellos se plantean un futuro más o menos verosímil de robots, inteligencias artificiales, investigación biomédica y exploración espacial. A fin de cuentas el primer paso para acercarse al futuro es pensar en él.
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S. Matthew Liao es uno de ellos. Este neoyorquino menudo y de carácter afable y educado ostenta una cátedra de Bioética en la Universidad de Nueva York, y ha hecho numerosas publicaciones en el campo de la Bioética, en relación con los derechos humanos y la manipulación genética de humanos. En 2012 publicó un artículo , junto a investigadores de la Universidad de Oxford, en el que presentaba en concepto de la Ingeniería Humana: la modificación biomédica de humanos , a través de fármacos y manipulación genética en el laboratorio, para adaptarlo y evitar las consecuencias del cambio climático.
S. Matthew Liao, de visita en Madrid- Ernesto Agudo Esa es la mentalidad de algunos. Pero es un pensamiento miope, porque todos vivimos en el mismo planeta. Nos impactará a todos. Le afectará incluso a los hijos de los directivos de estas compañías. Ellos son demasiado miopes, creo, pero debemos tener una visión a largo plazo.
Las personas van a sufrir las consecuencias como resultado de revocar las normas. Hay un peligro enorme. Muchos no van contra el medio ambiente, pero quieren puestos de trabajo ahora. Los mineros del carbón quieren volver a tener el trabajo que han perdido. Sus preocupaciones son más inmediatas. Les resulta fácil racionalizar las cosas y decir: «no, este problema no existe, así que mejor centrémonos en el problema de los puestos del trabajo». Por eso hay personas que piensan incluso que el reciclaje es una exageración, una solución para un problema que no existe.
-¿Hasta qué punto está preocupado por Donald Trump? ¿No siente que como comunicador usted está condenado a fracasar, puesto que es mucho más fácil convencer a la gente sobre los problemas a corto plazo que los que ocurren a largo plazo?
Creo que el problema está ahí, en gran parte. Es mucho más fácil pensar en el corto plazo que en el largo. Pero al menos hasta que colonicemos Marte, solo tenemos un planeta. Así que algunos tendrán que pensar en el largo plazo o vamos a destruir el planeta.
«Algunos tendrán que pensar en el largo plazo o vamos a destruir el planeta»Creo que la única forma de hacer bien las cosas es seguir ofreciendo este argumento: Hay problemas a largo plazo que nos afectan a todos nosotros, y afectarán a nuestros hijos y nietos. Es verdad que es difícil transmitir este argumento. Pero no es un problema filosófico, es la misma naturaleza humana: solemos centrarnos en lo actual más que en lo que pasará mañana. Pero es importante pensar en mañana.
-Sabiendo todo esto, ¿usted cree que podremos evitar el cambio cimático y la destrucción del planeta?
Creo que necesitamos a gente inteligente y necesitamos colaborar para inventar soluciones diferentes. Estoy convenido de que la solución será plural. No hay una única cosa que vaya a funcionar. Serán la geoingeniería, la ingeniería humana y otras las que podrán marcar la diferencia. Esta claro que necesitamos diferentes soluciones de forma simultánea.
«La negación del cambio climático es como ser alcohólico y no reconocerlo: impide que puedas poner soluciones»Pero lo primero es reconocer que tenemos un problema ingente. Si la mitad del país no ve que el cambio climático es peligroso, eso sí que es un problema. La negación es un grave problema. Es como ser alcohólico: si niegas que tienes un problema, no te puedes ayudar a ti mismo y no puedes dejar el alcohol.
Soy demócrata y creo que no podemos hacer nada si no estamos de acuerdo en qué solución aplicar. Necesitamos que la gente apoye las soluciones. Por eso tenemos que pensar de forma creativa en medidas que la gente pueda apoyar. Y de ahí la importancia de que estas soluciones sean unas en las que todo el mundo salga ganando. En estos casos, la gente estará encantada de ayudar. Hay un gran margen de maniobra que no hemos considerado hasta ahora.
-¿Y si descubriéramos que la única forma de evitar el cambio climático y la destrucción del planeta es hacer retroceder el progreso? Vivir más humildemente, sin teléfonos, sin coches... ¿Cree que podríamos volver atrás?
Es una solución también. Hay algunas sociedades, como los Amish, que lo hacen. Potencialmente, podríamos vivir de esta forma, pero lo veo muy difícil. Creo que es una solución más drástica que ponernos un parche «anticarne» roja. ¿Qué elegirías tú? Creo que la mayoría escogería el parche antes que vivir en una comunidad Amish. Podemos dejar a la gente que lo elija.
-Quizás hay un riesgo de que estas propuestas se implanten como medidas obligatorias . ¿Cómo se puede evitar esto?
Creo que lo necesitamos es tener muy buena ciencia con buenos protocolos para establecer las características de seguridad de las nuevas tecnologías. El problema con la investigación ahora es que el campo médico suele estudiar el tratamiento, pero no las mejoras. Por ejemplo, los niños que toman ritalín para la mejora cognitiva lo hacen por la propia voluntad de los padres, pero no se conocen cuáles son las dosis correctas, ni los impactos a largo plazo. Sería bueno contar con muchos datos y buenas investigaciones para que se pudiera entender los perfiles de riesgo de estas técnicas, y así asegurarnos que la sociedad democrática puede decidir sobre ellos.