Lorenzo Melchor: «Hay que hacer de la Ciencia una prioridad de Estado»

El coordinador científico en la Embajada española en Londres señala que hay que hacer marca España con la ciencia

Lorenzo Melchor Fundación Lilly

Pilar Quijada

Lorenzo Melchor es coordinador científico en la Embajada española en Londres. Doctor en Biología Molecular y Celular por la Universidad Autónoma de Madrid, ha investigado la patología molecular del cáncer de mama familiar en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid y en la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (EEUU). En 2008, se trasladó al Institute of Cancer Research (ICR) de Londres (Reino Unido) para investigar las células madre del cáncer de mama. Es miembro fundador y primer presidente de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (SRUK/CERU) . En 2015, Melchor colgó la bata "para ponerse la corbata" y comenzó a trabajar como coordinador científico de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) en la Oficina de Asuntos Culturales y Científicos de la Embajada de España en Londres, desde donde desarrolla acciones de diplomacia científica .

En esta entrevista, que forma parte de 15 citas con la ciencia , con las que la Fundación Lilly conmemora su decimoquinto aniversario, Lorenzo Melchor explica la necesidad de impulsar la ciencia en nuestro país y la importancia de la diplomacia científica.

-Has trabajado en biología molecular aplicada a la oncología. ¿Qué avances ha habido en los últimos quince años?

-El descifrado del genoma humano, porque ha permitido entender mejor enfermedades como el cáncer, que hace unos años se pensaba que era una masa de células idénticas y se podía combatir de la misma forma. Y lo que estamos viendo es que eso no es así. Cada paciente es distinto e incluso hay diferencia en las distintas fases de la enfermedad. El descifrado del genoma humano y su secuenciación nos permite ver todos los cambios genéticos que se dan en las células cancerosas. Y mi trabajo consiste en descubrir las diferencias entre pacientes, y en un mismo paciente, las diferencias que van surgiendo a lo largo del desarrollo del tumor.

¿Esto permite individualizar el tratamiento casi a la medida del paciente?

-Aún no hay un tratamiento para cada paciente, sino para cada grupo de pacientes. Pero dentro de unos años podremos monitorizar el desarrollo del cáncer en un paciente individual, Y si hay recaídas tratarlo con un nuevo fármaco que permita atacar las nuevas células cancerígenas que están creciendo y transformándose.

-Y ahora mirando hacia el futuro, ¿qué avances destacarías?

La aplicación de las técnicas de edición del genoma, como CRISPR, van a ser una herramienta muy útil para la creación de nuevos modelos animales o celulares que permitan testar ideas y conceptos científicos. Ha sido un hito. Igual ocurre con la regulación epigenética.

-Hace solo una décadas, el genoma se consideraba algo estático, pero ahora sabemos que su lectura puede modificarse en tiempo real por factores como la alimentación o el ejercicio...

-Lo interesante de la ciencia es que cada quince o veinte años se reinventa completamente. Tiramos abajo dogmas que han sido fundamentales. Y es lo bonito de la ciencia, que es algo vivo y global en la que todos los científicos estamos contribuyendo a su transformación.

-¿Por qué crees que somos tan reacios a apostar por la ciencia en nuestro país, cuando en realidad es la base de progreso?

-Es una pregunta que me puede llevar mucho tiempo. Lo cierto es que "los Tónicos de la voluntad", de Santiago Ramón y Cajal, escrito hace un siglo, es totalmente aplicable a la situación actual, salvo el capítulo de la mujer. Describe perfectamente la situación por la que pasa España ahora. Nuestro país tiene muchos campos para mejorar y uno de ellos es que la sociedad abrace de verdad la ciencia y la tecnología como un motor de progreso y bienestar. Otros países como Estados Unidos o Reino Unido, lo han hecho muchos años atrás. La Royal Society, de Reino Unido, nace en 1660. Estados Unidos nace cimentado en ciencia y tecnología. Sin embargo, España ha vivido de espaldas a esto. Pero toda la sociedad en su conjunto, no solo nuestros dirigentes. Falta que la sociedad defienda la ciencia. Cuando hay recortes en Sanidad, las calles están llenas. Cuando hay recortes en ciencia, solo salen a la calle los científicos.

-¿Qué cambiarías para que la ciencia española empezara a avanzar a paso de gigante?

-Incrementar el presupuesto en ciencia y tecnología de manera progresiva y de forma independiente de ciclos económicos y políticos. Hacer que la ciencia y la tecnología sean una prioridad de Estado. Y que los presupuestos destinados a ciencia se ejecuten. También hay que flexibilizar el sistema, hacer que universidades y centros de investigación puedan atraer gente, y para ello se necesitan programas potentes. Por otro lado hay que acercar la ciencia a la sociedad, para que vea la necesidad de invertir en ciencia para su bienestar y en esto los científicos tenemos mucho que hacer. También que España empiece a tener gran actividad en diplomacia científica, y se relacione con países del Mediterráneo, Hispanoámerica, Reino Unido y Estados Unidos. Hay que hacer marca España utilizando la ciencia.

-Has creado una asociación que agrupa a científicos españoles que desarrollan su carrera en Reino Unido, cuéntanos la experiencia

Esto empezó en 2011, y me inspiré mucho en mis compañeros portugueses, que también tenían una asociación de estudiantes portugueses en el Reino Unido. Si miras el panorama asociacionista español, nuestras Reales Academias y Sociedades Científicas podrían ser más activas, comparadas con las de Reino Unido. Y pensamos que había que hacer algo. Somos muchos los científicos españoles en el Reino Unido. Y nos empezamos a reunir periódicamente para sentar las bases de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido que también tienen un claro impacto en la sociedad. Establecimos cuatro ámbitos de acción. Uno, la mejor formación a nivel social y profesional; segundo acercar la ciencia a la sociedad; tercero, asesorar en cuestión de ciencia y tecnología a las instituciones que así lo desearan, públicas o privadas, británicas o españolas. Cuarto, favorecer las colaboraciones científicas entre España y Reino Unido. Porque creemos que podemos aportar cosas a España, como facilitar colaboraciones que sirvan para apoyar e internacionalizar la ciencia y que haya trasiego de gente que se mueva de un país a otro.

-Me gustaría preguntarte por esa otra faceta de tu carrera, la diplomacia científica...

A veces digo que he colgado la bata y me he puesto la corbata. Cuando montamos la sociedad de científicos en el Reino Unido me di cuenta de lo mucho que disfrutaba gestionando personas y proyectos y haciendo gestiones de diplomacia científica. Y la Fundación Española para la ciencia y tecnología sacó plazas de coordinadores científicos. Una de ellas en Londres. Y pensé que disfrutaría haciendo esa labor. La diplomacia científica es un concepto que se está acuñando ahora aunque se venía haciendo desde hace tiempo en países como Reino Unido, Estados Unidos, Francia o Alemania. La diplomacia científica tiene varios aspectos. Uno de ellos, es la colaboración de varios países para lograr grandes retos, como las grandes instalaciones del colisionador de partículas, ejemplo de diplomacia para la ciencia. Y También la ciencia puede servir para arreglar tensiones políticas entre países. Y España empieza ahora hacer actividades en este sentido, y pensé que tenía que explorarlo, aunque sigo asociado a mis proyectos de investigación.

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