La lección de maternidad de un escarabajo (a la que deberíamos prestar atención)
Las crías que reciben menos miramientos son las que mejor se desenvuelven por sí solas
![Un escarabajo enterrador con su larva en su nido hecho con el cadáver de un ratón](https://s2.abcstatics.com/media/ciencia/2018/09/28/181588-kFvE--1248x698@abc.jpg)
En estos tiempos de hiperpaternidad , en los que existen padres helicóptero, madres apisonadora y un sin fin de figuras de progenitores angustiados y obsesionados con sobreproteger a sus hijos para que destaquen desde la guardería, quizás no está de más escuchar la experiencia de unas criaturas tan sencillas y humildes como los escarabajos . Ellos también se preocupan por sus crías, pero investigadores de la Universidad de Cambridge han descubierto que aquellas que reciben menos atenciones se hacen más fuertes y son finalmente las que mejor se desenvuelven en la vida .
En jardines, parques y bosques de todo Reino Unido, el escarabajo enterrador (Nicrophorus vespilloides) , hace honor a su nombre y entierra silenciosamente ratones muertos y otros pequeños vertebrados para crear nidos comestibles para sus crías.
La mayoría de los padres quitan el pelo del animal y cortan la carne del cadáver para ayudar a sus larvas recién nacidas a arrastrarse dentro. Sí, no es una idea muy agradable, pero así es como lo hacen. Como buenos padres, por lo general, también se quedan en el lugar para defenderlas y alimentarlas, pero los niveles de cuidado varían y las larvas pueden sobrevivir sin sus padres.
En un laboratorio en el Departamento de Zoología de Cambridge, los investigadores quisieron comprobar cómo el comportamiento de los padres impulsa la evolución. El estudio, publicado en la revista «Nature Communications» , muestra que las larvas evolucionan adaptaciones distintivas en respuesta a los diferentes niveles de cuidado parental.
Mandíbulas más grandes
Los científicos expusieron cientos de escarabajos a dos niveles de cuidado parental, durante trece generaciones. En un entorno sin cuidado, los padres fueron retirados tan pronto como preparaban el nido con el cuerpo del ratón, pero antes de que sus larvas nacieran. Sin embargo, en el entorno de control, a los padres se les permitía cuidar a sus crías hasta que estuvieran listas para «salir de casa».
![La cabeza de una dulce larva de escarabajo, vista bajo el microscopio](https://s1.abcstatics.com/media/ciencia/2018/09/28/181590-kXAH-U301415049840ZgD-220x180@abc.jpg)
Los investigadores descubrieron que cuando los padres alimentaban con carne directamente a la boca de sus bebés, las larvas desarrollaban mandíbulas relativamente más pequeñas. Estas mandíbulas con forma de cuchilla alineadas horizontalmente juegan un papel vital en la vida de la larva, ya que les permite entrar en el cadáver y alimentarse de la carne una vez dentro, pero resultan menos importantes si son los padres los que ayudan a sus pequeños a alimentarse.
«Por el contrario, cuando los padres fueron retirados de sus crías y estas se vieron obligadas a alimentarse por sí mismas, desarrollaron mandíbulas significativamente más grandes para compensar la falta de ayuda», explica Benjamin Jarrett, responsable del estudio.
Arreglárselas sola
En las poblaciones naturales, donde el nivel de cuidado parental es muy variable de familia a familia, los investigadores encontraron que las mandíbulas larvales son consistentemente grandes en promedio, independientemente del tamaño de la larva. «Parecen estar anticipando el peor escenario posible de no recibir ayuda en absoluto, una estrategia conservadora para la supervivencia», dice Jarrett. Ya sea que los padres decidan quedarse o irse, la larva está equipada con mandíbulas grandes y, por lo tanto, puede arreglárselas sola si es necesario.
Las poblaciones experimentales de escarabajos del laboratorio continúan evolucionando y ahora se encuentran en la generación número 35. «Cuanto mejor comprendamos cómo funciona la evolución, mejor podremos predecir cómo cambiarán los animales en un mundo cambiante», señala la profesora Rebecca Kilner, autora principal del artículo. Mientras, la historia de estos escarabajos quizás nos sirva para reflexionar sobre esa crianza intensiva y sobreprotectora que parece se ha impuesto en las sociedades occidentales.
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