Hallan cómo la feromona del Sr. Darcy aumenta el deseo sexual
Contenida en la orina de los ratones, altera el cerebro de la mayoría de las hembras que la huelen para predisponerlas al apareamiento
El distante y en ocasiones irritante Sr. Darcy -también guapo y rico, hay que decirlo todo- enamoraba a la protagonista de «Orgullo y prejuicio» de Jane Austin muy a su pesar. Una atracción igual de irresistible es la que ejerce sobre las hembras de ratón una feromona sexual llamada darcina por el citado héroe romántico. En un nuevo estudio, un equipo de investigadores liderado por la Universidad de Columbia (EE.UU.) ha descubierto el proceso por el cual esta proteína, expulsada en la orina de los machos y única para cada individuo, trastoca el cerebro de sus compañeras activando el deseo sexual y la predisposición al apareamiento. Pero solo si ella no tiene progenie, lo que inhibe sus efectos, y puede estar lista para el encuentro. No intente aplicar la lección a los humanos, las feromonas, hasta donde sabemos, no funcionan en nosotros.
Estos hallazgos, publicados en la revista «Nature», ilustran el poder de una sola proteína para cambiar el cerebro y conducir el comportamiento. «Las feromonas actúan como poderosos mensajes de olor para indicar la presencia de peligro, comida o posibles parejas», explica Ebru Demir, primer autor del artículo. «Con este estudio, hemos mapeado la ruta que toma la feromona darcina desde la nariz hasta el cerebro, brindando una comprensión de los mecanismos por los cuales los animales usan los olores para comunicarse», agrega.
Si bien la existencia de feromonas humanas es controvertida, los roedores y muchos otros animales confían en ellas como una forma de señalar todo, desde el peligro potencial hasta la voluntad de aparearse. Descubierta en 2010, la darcina es una de ellas. En los ratones, los machos la liberan en la orina para marcar su territorio e iniciar el cortejo. Olerla ayuda a la hembra a identificar al macho y decidir si se apareará con él y no con otro. Todo este proceso se inicia de una manera biológicamente inusual.
La segunda nariz
A diferencia de las personas, los ratones tienen «dos narices funcionales». La primera trabaja como la nuestra, de modo que si, por ejemplo, huele la orina, descubre las partículas de olor apestoso que se encuentran en ellas. Pero también cuentan con un segundo sistema, llamado nariz vomernasal , que evolucionó específicamente para percibir feromonas como la darcina.
En el estudio, el equipo expuso por primera vez a las hembras a orina con olor a darcina y monitoreó su comportamiento. Casi todas mostraron una atracción inmediata . Después de unos 50 minutos, algunas comenzaron a dejar sus propias marcas de olor urinario. También comenzaron a cantar, a frecuencias ultrasónicas demasiado altas para que el oído humano las escuche. Ambos comportamientos son un indicador del aumento del deseo sexual .
Pero no todas las hembras realizaron estas exhibiciones. Las madres lactantes, por ejemplo, parecían ignorar en gran medida las áreas con aroma a darcina después de un olfateo inicial de interés.
Amígdala medial
La razón de esta diferencia, propusieron los científicos, puede estar en una región del cerebro llamada amígdala medial . El equipo de investigación identificó un subconjunto de neuronas en esta área del cerebro, llamadas neuronas nNOS, que se activaron en presencia de la darcina. «Al activar artificialmente esas neuronas, podríamos simular la respuesta de los animales a la darcina y provocar los mismos comportamientos», afirma Demir. «Cuando silenciamos estas neuronas, el animal perdió el interés por completo».
La ubicación de las neuronas en la amígdala medial fue particularmente intrigante. Esta área del cerebro generalmente se asocia con respuestas emocionales como el miedo o la ira. Sin embargo, en el caso de la feromona de darcina, la amígdala medial puede cumplir otra función.
Información integrada
«Nuestros resultados sugieren que las neuronas nNOS en la amígdala medial no transmiten simplemente información sobre la darcina», dice Demir. «Estas neuronas parecen estar integrando información sensorial sobre la feromona con el estado interno del animal, como si es una madre lactante y, por lo tanto, no está interesada en el apareamiento».
En el futuro, el equipo planea profundizar en los circuitos neuronales que responden a las feromonas. También esperan que sus hallazgos sirvan para actualizar cómo se definen las feromonas.
«Las feromonas se han asociado durante mucho tiempo con una respuesta de comportamiento innata e inmediata, pero aquí hemos demostrado que la darcina puede provocar comportamientos complejos que dependen del estado interno del animal», señala Demir. «A medida que continuamos nuestras investigaciones, es posible que otras feromonas también actúen en el cerebro de formas complejas e inesperadas».
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