Gotas de ámbar conservan lagartos intactos durante 100 millones de años
Pegados a la resina de las antiguas coníferas, algunos de ellos permanecen en un estado excepcional, mostrando sus garras, huesos, dientes y almohadillas de los dedos
Hace casi 100 millones de años, en los bosques tropicales del período Cretácico habitaban unos pequeños lagartos de los que no se conoce demasiado, ya que una vez muertos sus frágiles huesos desaparecían rápidamente enterrados en el suelo de la foresta. Sin embargo, una docena de ellos ha podido llegar hasta nuestros días atrapados en joyas naturales de ámbar que el paso del tiempo ha respetado.
Los lagartos pasaron a la posteridad al quedar pegados a la resina de las antiguas coníferas. Algunos de ellos permanecen en un estado excepcional, con sus garras, huesos, dientes y almohadillas de los dedos intactos , según publica Smithsonian.com .
Los fósiles fueron descubiertos hace décadas en una mina de Birmania, pero se mantuvieron en colecciones privadas hasta su reciente donación al Museo Americano de Historia Natural, lo que ha permitido a los científicos acceder a los mismos y realizar un nuevo estudio. Utilizando escáneres de tomografía computarizada para ver los fósiles, los investigadores pudieron «diseccionar digitalmente» los lagartos sin dañar las gotas de ámbar.
Los científicos encontraron criaturas diferentes, con una diversidad comparable a la que existe en la actualidad. Algunas se asemejan a los gecos o a los camaleones modernos.
Uno de los reptiles, un bebé del tamaño de una moneda, familiar del camaleón, es el más antiguo representante de ese linaje, batiendo el anterior récord en 80 millones de años. Los fósiles también ayudan a resolver cuándo aparecieron muchos de los rasgos de los reptiles modernos. Uno de ellos ya tiene las almohadillas de los dedos de los lagartos de hoy en día, pero otros carecen de los dedos de las patas fusionados como los camaleones modernos para agarrarse a las ramas.
Para los científicos es una fortuna poder contar con este tesoro de ámbar, ya que el registro fósil suele estar compuesto por grandes animales que viven en entornos particulares que pueden preservarlos tras la muerte, como los desiertos o los lechos de los ríos. El clima húmedo y caliente de los trópicos rara vez conserva los fósiles, a no ser que sea de esta forma. Todo un tesoro llegado del Cretácico.
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