Un extraño «bamboleo» precedió a los devastadores terremotos de Japón y Chile
Un estudio señala que las placas tectónicas cercanas registraron un cambio de movimineto repentino y acelerado en los meses anteriores a las catástrofes
Todo el mundo recuerda el devastador terremoto de Japón en 2011 que provocó tsunamis tan fuertes que dañaron la central nuclear de Fukushima. Con una magnitud de 9.0 , el suceso creó olas de más de 40 metros que causaron la muerte de casi 16.000 personas y arrasasando miles de hogares. Un año antes, el terremoto de Chile, de magnitud 8,8 sorprendió durmiendo a las familias, que vieron como medio millón de casas desaparecían tras las riadas. En este caso hubo más de 150 fallecidos y los desaparecidos se contaron por decenas. Ahora, un grupo de investigadores señala que ambas catástrofes tuvieron algo en común: la tierra registró un extraño «bamboleo» .
En concreto, se produjo una rara inversión del movimiento del suelo meses antes de estos terremotos. Este es el resultado de un nuevo estudio publicado en « Nature » y dirigido por Jonathan Bedford , del GFZ German Research Center for Geosciences, junto con un equipo de geólogos Berlín, Chile y EE. UU.
Un enorme «bamboleo»
«Lo que sucedió en Japón fue un bamboleo enorme, aunque muy lento, algo nunca antes observado», explica Michael Bevis , coautor del artículo y profesor de ciencias de la tierra en la Universidad Estatal de Ohio. La oscilación habría sido imperceptible para las personas que habitan las islas, ya que las placas se movieron apenas unos pocos milímetros al mes. Sin embargo, esta «sacudida», que se produjo de este a oeste para volver de nuevo al este se produjo durante siete meses antes del suceso. Así se pudo comprobar gracias a las más de 1.000 estaciones de GPS distribuidas por Japón , una suerte de «telaraña» de equipos que revela con precisión los movimientos del suelo. En el caso de Chile , aunque la red es menos extensa , también mostró el mismo comportamiento.
Ambos eventos ocurrieron en el borde del Pacífico, donde las placas oceánicas se sumergen debajo de la corteza continental en un proceso llamado subducción. Normalmente, las estaciones en tierra se alejan muy ligeramente de la trinchera de subducción -donde convergen las placas- a medida que la corteza continental se aprieta y, por lo tanto, se acorta. Sin embargo, Al estudiar la serie temporal de las señales emitidas por las estaciones GPS, los investigadores encontraron que la dirección se había invertido : de repente, las estaciones se movieron hacia la trinchera de subducción, es decir, hacia el océano abierto, y luego volvieron a invertir su curso nuevamente a su movimiento normal. Muy poco después de esta segunda inversión, el subsuelo se rompió y ocurrieron los inmensos terremotos.
El caso concreto de Japón
En el caso de Japón, el equipo vio un cambio inverso en la tierra: alrededor de 4 a 8 milímetros al este , luego al oeste, luego de regreso al este. Esos movimientos eran claramente diferentes de los cambios constantes y cíclicos que las masas de tierra que se dan constantemente en nuestro planeta. «El mundo se divide en placas que siempre se mueven de una forma u otra. El movimiento no es inusual . Era la forma del movimiento lo que era raro », apunta Bevis.
Este «bamboleo» podría indicar que en los meses previos al terremoto, la placa debajo del Mar de Filipinas comenzó algo llamado un «evento de deslizamiento lento» por el que las dos placas oceánicas se hundieron de manera suave y «silenciosa» debajo de Japón, lo que finalmente desencadenó una sacudida masiva hacia el oeste y hacia abajo que condujo la placa y la losa del Pacífico debajo de Japón, generando los tsunamis posteriores.
Ahora la pregunta es: ¿ todos los terremotos gigantes están precedidos de este tipo de oscilaciones ? « No lo sabemos porque no tenemos suficientes datos. Esta es una cosa más a tener en cuenta al evaluar el riesgo sísmico en zonas de subducción como las de Japón, Sumatra, el Andes y Alaska», inciden los investigadores. Queda por ver si se producirán reversiones tan fuertes antes del próximo gran terremoto, pero lo que queda claro con este estudio es que las zonas de subducción son mucho más dinámicas en la escala de tiempo observable de lo que pensábamos.