Descubren una estrella tan brillante que creían que era otra galaxia
En realidad se trataba de un púlsar en la cercana Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de la Vía Láctea

De hecho, un equipo internacional de investigadores, dirigido por Tara Murphy, de la Universidad de Sidney, en Australia, acaba de descubrir que el extraño objeto llamado PSR J0523−7125 es en realidad un púlsar, un tipo de 'cadáver estelar' que emite potentes haces de radiación electromagnética ... desde sus polos. Y que no se halla a muchos millones de años luz de distancia, como se pensaba, sino en lo que podríamos llamar nuestro 'patio trasero', en la Gran Nube de Magallanes, una de las galaxias satélite de nuestra Vía Láctea. El hallazgo se acaba de publicar en 'The Astrophysical Journal'.
Un púlsar es un tipo de estrella de neutrones, lo que queda de una estrella 'normal' después de haber colapsado sobre sí misma. Cuando eso sucede, los restos de la estrella se comprimen extraordinariamente a causa de su propia gravedad, formando una 'bola' de neutrones de apenas unos km de diámetro pero que contiene una buena parte de la masa de la estrella original. Las estrellas de neutrones giran muy rápidamente sobre sí mismas, incluso a varios cientos de veces por segundo. Y algunas poseen, además, un poderoso campo magnético, lo que hace que a cada giro emitan un potente 'pulso' de radiación. Por eso, esa clase de estrellas de neutrones reciben el nombre de púlsar.
Como un faro iluminando la costa, los púlsares 'barren' el espacio con su luz, que puede ser detectada con telescopios cada vez que el haz apunta a la Tierra. Desde que la astrónoma irlandesa Jocelyn Bell descubriera el primer púlsar en la década de 1960, se han encontrado ya alrededor de 2.000, la mayor parte de ellos dentro de la Vía Láctea. PSR J0523−7125 no está dentro de la galaxia, pero aún así es uno de los más brillantes vistos hasta ahora. Desde luego, el más brillante hallado fuera de nuestra isla de estrellas.

Un telescopio con 'gafas de sol'
Los científicos descubrieron a PSR J0523−7125 utilizando el conjunto de radiotelescopios Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP) en Australia, y el hallazgo fue posible gracias al estudio del cielo en busca de emisiones de púlsares polarizados, una técnica que los investigadores comparan con el equivalente astronómico a usar gafas gafas de sol.
"Fue una sorpresa increíble -explica Yuanming Wang, también de la Universidad de Sidney y primer firmante del artículo-. No esperaba encontrar un nuevo púlsar, y mucho menos el más brillante. Pero con los nuevos telescopios a los que ahora tenemos acceso, como ASKAP y sus 'gafas de sol', realmente es posible". La excitación del científico, desde luego, está más que justificada. PSR J0523−7125, en efecto, es aproximadamente 10 veces más luminoso que cualquier otro púlsar extragaláctico observado hasta ahora. ¿Cómo es posible entonces que nadie lo viera hasta ahora?
La respuesta tiene que ver con la forma en que se detectan los púlsares. Tradicionalmente, los procedimientos de búsqueda de púlsares rastrean pulsos periódicos: el efecto de parpadeo similar a un faro cuando el púlsar emite radiación en ráfagas cortas y observables. Pero los astrónomos tienen que recurrir a otras técnicas para detectar púlsares 'más escurridizos', con una periodicidad menos predecible u otras características ambiguas en su luz.
"Los púlsares anormales, como los sistemas binarios de período orbital corto o los objetos fuertemente dispersos, son más difíciles de detectar", escriben los investigadores en su artículo. En casos como este, una posible solución es buscar signos de luz polarizada en círculo emitida por los objetos. Hasta la fecha, solo se han realizado un par de estudios a gran escala que pueden captar la emisión de polarización circular, y uno de ellos lo realiza la matriz ASKAP, formada por 36 antenas de radio parabólicas de 12 metros cada una y que funcionan al unísono, como un único instrumento.
"Deberíamos esperar encontrar más púlsares usando esta técnica -asegura Tara Murphy-. Esta es la primera vez que hemos podido buscar la polarización de un púlsar de manera sistemática y rutinaria". Según los investigadores, la próxima generación de radiotelescopios y el número cada vez mayor de sondeos a gran escala y en múltiples longitudes de onda, brindarán "una oportunidad sin precedentes para identificar más púlsares", incluso más lejanos que el que se acaba de identificar en la Gran Nube de Magallanes.
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