Cuatro modelos matemáticos que cambiaron nuestras vidas

Un matemático suizo, una avispada enfermera, una compañía cervecera y una discográfica doblegaron las matemáticas en beneficio de la humanidad

Florence Nightingale Archivo

Pedro Gargantilla

El apellido Bernoulli lo asociamos a flujos y turbulencias, pero también perteneció a un científico que ayudó a vencer una enfermedad que mantenía en jaque al Homo sapiens desde la prehistoria, la viruela .

En 1760 esta enfermedad era la primera causa de mortalidad infantil y se cobraba más de cuatrocientas mil muertes anualmente en el Viejo Continente . Además, se estima, que el treinta por ciento de las personas que eran infectadas por el virus acababan falleciendo.

Lady Montagu –la esposa del embajador inglés en Estambul- introdujo en el Reino Unido una técnica novedosa para combatirla: la variolización. Básicamente consistía en aspirar costras en polvo -de anteriores víctimas- por la nariz o introducir pus en un corte realizado en el brazo.

No era una técnica inocua, tenía sus peligros, se calculaba que el dos por ciento de las personas en las que se realizaba la variolización fallecían y, además, la inmunización no era permanente.

Daniel Bernoulli (1700-1782), profesor de medicina y matemáticas en Basilea, a través de la elaboración de un complejo modelo matemático estimó que el riesgo de muerte con la variolización era inferior al uno por ciento y que, en contrapartida, aumentaba la esperanza de vida en más de tres años.

En conclusión, Bernoulli recomendaba la variolización a la población sana. Sabemos que todos los miembros de la familia real inglesa fueron variolizados y que ninguno falleció a consecuencia de la enfermedad.

El diagrama de la rosa

En 1856 Florence Nightingale –a la vuelta de la Guerra de Crimea- se reunió con la reina Victoria de Inglaterra y logró convencerla para que promoviese una comisión encargada de investigar la salud del ejército inglés.

Con la ayuda del estadístico William Farr esta mujer llegó a la conclusión que de los dieciocho mil fallecidos en el frente, dieciséis mil no lo fueron a consecuencia de las heridas de guerra, sino por la falta de higiene y enfermedades previsibles.

A partir de este estudio, Nightingale –la creadora de la enfermería moderna- diseñó el conocido diagrama de la rosa, un modelo revolucionario en cuanto a recolección, tabulación, interpretación y representación de datos.

La “t” de Student, no era de un estudiante

A finales del siglo XIX la fábrica de Saint Jame's Gate en Dublín era la cervecería más grande del mundo. A pesar del éxito cosechado, los dueños de la Guinness deseaban seguir mejorando la calidad de su cerveza.

En 1899 decidieron contratar los servicios de un estadístico – William Sealy Gosset - para que mejorase la fermentación y la selección de las materias primas.

Gosset obtuvo unos resultados innovadores basados en un modelo estadístico de su creación. Estaba tan orgulloso de su hallazgo que deseaba compartirlo con el resto de sus colegas. Sin embargo, existía una traba contractual, la política de la empresa Guinness prohibía su difusión para evitar que cayera en manos de la competencia. Gosset no tuvo más remedio que publicarlos con el pseudónimo de “student” para que pasaran desapercibidos.

Su trabajo no tardó en conocerse a nivel mundial como la t de Student, una técnica de análisis que se emplea actualmente en el campo de la medicina para contrastar hipótesis.

Los Beatles y el primer TAC de la historia

En 1917 el matemático Johann Radon desarrolló una fórmula matemática capaz de reconstruir una imagen en tres dimensiones a partir de imágenes bidimensionales.

Este modelo fue la base científica sobre la que la productora de música EMI –la discográfica para la que trabajaban los Beatles - desarrolló un laboratorio de investigación que culminaría con la fabricación de la primera máquina capaz de hacer una imagen tridimensional del cuerpo humano, la tomografía axial computerizada (TAC).

Gracias a los millones de discos que vendieron los cuatro melenudos de Liverpool la humanidad pudo disponer del primer TAC de la historia.

Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación

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