El confinamiento no basta: descubren que mantener un ambiente húmedo en casa ayuda a frenar el coronavirus

Aunque el calor perjudica al virus, no es suficiente para evitar que se siga expandiendo en primavera y verano

José Manuel Nieves

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Durante las últimas semanas se ha extendido mucho la idea de que el coronavirus se debilitará de forma natural a medida que entremos en las estaciones cálidas. Y si bien es cierto que el virus SARS-CoV2 , responsable de la pandemia Covid-19 , se desenvuelve mucho peor cuando hace calor, también lo es que lo que suceda durante esta primavera y este verano dependerá mucho, una vez más, de nosotros. Y no solo de que sigamos con el confinamiento y la distancia social, sino también del ambiente que mantengamos en el interior de nuestras propias casas.

Estas son las conclusiones a las que ha llegado un equipo de investigdores de la Universidad de Yale , revisando su propia investigación anterior sobre cómo se transmiten los virus respiratorios. El nuevo trabajo se acaba de publicar en Annual Review of Virology .

En su anterior investigación, los científicos de Yale ya demostraron que el aire frío y seco del invierno ayuda claramente a que el SARS-CoV2 se propague entre las personas. Pero a medida que aumenta la humedad durante la primavera y el verano, el riesgo de transmisión del virus disminuye tanto en el exterior como en lugares cerrados, como oficinas.

Por supuesto, incluso en ambientes más húmedos el virus se puede seguir transmitiendo a través del contacto directo o a través de superficies contaminadas. Por eso son importantes el aislamiento o las medidas higiénicas como lavarse frecuentemente las manos. Pero ahora los investigadores añaden que también la diferencia entre la humedad y la temperatura exterior e interior pueden ser un factor de suma importancia y un «gran aliado» a la hora de disminuir las tasas de transmisión.

«En el mundo desarrollado -explica Akiko Iwasaki , inmunóloga de la Universidad de Yale y autora principal de la investigación- el noventa por ciento de nuestras vidas transcurre en interiores y muy cerca los unos de los otros. De lo que no se ha hablado es de la relación que existe entre la temperatura y humedad interior y exterior y de la transmisión aérea del virus».

Para Iwasaki, desde los tiempos de los antiguos griegos, que fueron los primeros en notar que las enfermedades respiratorias aumebtaban en invierno y disminuían en primavera y verano, sabemos que tales enfermedades tienen una marcada naturaleza estacional. Más tarde, la ciencia moderna ha podido identificar el aire frío y seco como un factor de propagación de virus como el que ha causado la Covid-19. Y ahora el trabajo de Iwasaki y sus colegas ha explicado por qué.

Según el investigador, el aire frío y seco del invierno convierte a estos virus en una amenaza triple : cuando el aire exterior frío y con poca humedad se calienta en el interior de un edificio, la humedad relativa del aire cae aproximadamente un 20%. Y ese aire menos húmedo proporciona un camino despejado para las partículas de virus como el SARS-CoV2.

Iwasaki también descubrió que el aire cálido y seco reduce la capacidad de los cilios, proyecciones similares a pelos de las células que recubren las vías respiratorias, para expulsar partículas virales, y suprime la capacidad del sistema inmunitario para responder a los patógenos.

El investigador cita experimentos que muestran que, en ambientes secos, roedores infectados con virus respiratorios pueden transmitir facilmente partículas virales a través del aire a sus vecinos. «Por eso recomiendo el uso de humidificadores en los edificios durante el invierno», asegura Iwasaki.

El estudio revela que existe un « punto ideal » para la humedad relativa del aire en interiores. Así, en ambientes con entre el 40 y el 60% de humedad relativa los ratones mostraron una menor capacidad para transmitir el virus que en ambientes más secos. Y los que se mantuvieron con un 50% de humedad relativa lograron también generar fuertes respuestas inmunes.

Iwasaki subraya que estos hallazgos solo se aplican a la transmisión por aire. El virus puede seguir transmitiéndose en cualquier época del año entre personas cercanas y a través del contacto con superficies infectadas. Lo cual constituye un riesgo incluso para las aquellos que viven en países cálidos o que trabajan juntos.

«Da igual si vives en Singapur, la India o el Artico -concluye Iwasaki-. Debes seguir lavándote las manos y practicar el distanciamiento social».

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