Un condenado a muerte y un ama de casa: los primeros cadáveres virtuales
La Biblioteca Nacional de Medicina de Bethesda inició en la década de los noventa un ambicioso proyecto destinado a conseguir la primera referencia visual detallada del cuerpo humano
Era el 5 de agosto de 1993, pidió dos hamburguesas con queso para cenar. Pocas horas después se sentó en la cámara y, sencillamente, se preparó para morir.
Su nombre era Joseph Paul Jernigan , tenía treinta y ocho años y fue ejecutado en Texas utilizando una inyección de cloruro potásico. Años atrás había sido condenado a la pena máxima, tras ser declarado culpable por el robo con allanamiento de morada y asesinato.
Antes de su ejecución Jernigan optó por ceder su cuerpo para investigaciones médicas. En un principio pensó en domar todos sus órganos, pero el método empleado en la ejecución hacía inviable este tratamiento.
Secciones de un milímetro de grosor
A pesar de que la conducta moral era cuestionable, su cuerpo era “perfecto”, al menos desde el punto de vista anatómico, ya que no había padecido ninguna enfermedad, no estaba desfigurado y no había sido sometido a ningún tipo de cirugía mayor.
Todas estas características lo catapultaban a ser el primer candidato para convertirse en «inmortal». Tras la ejecución su cuerpo fue congelado en una mezcla de gelatina y agua durante un tiempo y después seccionado en más de mil ochocientos cortes, realizados a intervalos de un milímetro.
Cada uno de estos segmentos fueron minuciosamente fotografiados, tanto analógica como digitalmente, siendo seguidamente reducidos a “serrín”.
El Adán de los 15 GB
Aunque se pretendía que el varón fuera perfecto, para ser honestos, los científicos que trabajaron con el cuerpo de Jernigan hicieron la vista gorda a dos imperfecciones: le faltaba un diente y le habían extirpado el apéndice.
El tratamiento que recibió este cadáver no tenía precedentes en la historia de la ciencia, la información ocupó quince gigabytes. Con ella se obtuvo la primera referencia visual milimétrica del interior de un ser humano.
En el año 1994 la Biblioteca Nacional de Medicina de Bethesda (Maryland, Estados Unidos) colgó las imágenes del cuerpo de Jernigan en una página web. El proyecto –conocido como Proyecto Humano Visible- trataba de conseguir una representación anatómica completa y tridimensional del cuerpo humano, tanto del hombre como de la mujer.
No era puro entretenimiento, pretendía ayudar a los estudiantes de medicina en su estudio anatómico del cuerpo humano. Con una información tan detallada sería posible planificar con más detalle las intervenciones quirúrgicas y evitar realizar las que fueran innecesarias.
La Eva anatómica
La representante femenina no se hizo esperar, llegó un año después. Su identidad se ha mantenido en el anonimato durante todo este tiempo, únicamente se sabe que era un ama de casa que vivía en Maryland.
La Eva anatómica falleció a los cincuenta y nueve años de edad a consecuencia de un evento cardiovascular. En esta ocasión el que dio el permiso para que su cuerpo pudiese ser utilizado con fines científicos fue su marido.
Eva fue rebanada en más de cinco mil cortes, es decir, más delgados y con una resolución todavía mayor –secciones de un tercio de milímetro- que los del Adán anatómico.
Pedro Gargantilla es médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación.