CHALLENGER
30 años de la explosión del Challenger: la tragedia espacial que paró el mundo
Este jueves se cumplen treinta años de un accidente que hizo que la NASA se replantease la seguridad de las misiones espaciales y que le costó la vida a siete astronautas
Alas 11.39 de la mañana del 28 de enero de 1986 el mundo se paralizó conmocionado. Solo 73 segundos después de despegar en el Centro Espacial Kennedy en Florida, el Challenger estallaba en el aire y se desintegraba con sus siete tripulantes a bordo a causa de un fallo en uno de los cohetes propulsores. Los técnicos de la NASA, los familiares de las víctimas y los espectadores que seguían la partida del trasbordador desde Cabo Cañaveral o a través de las pantallas de televisión no podían dar crédito a lo que veían. Era la primera vez que Estados Unidos sufría un accidente mortal en un vuelo al espacio .
Este jueves se cumplen treinta años de una tragedia que hizo replantearse los métodos de preparación de las misiones espaciales y que aún hoy está muy presente en el día a día de astronautas e ingenieros. « La NASA cambió en muchos aspectos , incluyendo procesos de gestión más sólidos con una mayor supervisión y más posibilidades para las evaluaciones independientes», señala a ABC Allard Beutel , portavoz de la agencia espacial.
«En la NASA, tanto funcionarios como contratistas nos recordamos constantemente que debemos permanecer vigilantes -agrega-, de manera que nuestros astronautas puedan llevar a cabo sus misiones de forma segura».
Una comisión presidencial señaló una serie de recomendaciones para evitar nuevos accidentes, que la NASA implementó. Sin embargo, la tragedia volvería a golpear los corazones de los norteamericanos años después, en 2003, con el desastre del Columbia , en el que murieron otros siete tripulantes. ( Accidente del Columbia en imágenes ).
La NASA r ecordará hoy a las víctimas de los accidentes del Challenger y el Columbia, así como a las tres del Apolo 1 , en un acto en el Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia. «Hoy, su legado sigue vivo cuando la Estación Espacial Internacional cumple su promesa como símbolo de esperanza para el mundo y como trampolín del próximo paso de gigante en la exploración», señala Allard Beutel, quien concluye: « Les rendimos homenaje al hacer realidad los sueños de un mañana mejor y aprovechando los frutos de la exploración para mejorar la vida de la gente en cualquier sitio».
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