Cazadores y agricultores se mezclaron durante 3.000 años en Europa
Investigadores del CSIC desvelan cómo fueron esos encuentros gracias a la secuenciación de genomas antiguos de 180 individuos procedentes de Hungría, Alemania y España
Las primeras migraciones de agricultores neolíticos procedentes de Oriente Próximo llegaron hace más de 7.000 años a la Península Ibérica. Aquí se encontraron con los grupos de cazadores recolectores del mesolítico , cuyo exponente más conocido es el famoso hombre de La Braña hallado en León. Las dos poblaciones eran claramente distintas. Mientras que los autóctonos eran altos, robustos, de ojos azules y piel oscura, los neolíticos eran más pequeños y esbeltos, de piel más clara y ojos marrones. Ese encuentro y otros similares ocurridos a lo largo del continente europeo supusieron un cambio de modo de vida que marcaría como ninguno el futuro de la humanidad. Pero cómo sucedió y qué relaciones establecieron ambos grupos había sido un enigma hasta ahora.
El análisis de más individuos de la prehistoria de la Península ibérica ayudará a completar esta parte de la prehistoria humana y a entender los cambios genómicos que se produjeron con posterioridad, con la llegada de los metales e incluso con migraciones que ocurrieron en tiempos históricos. Según Lalueza-Fox, «en estos momentos disponemos de cerca de 400 genomas ibéricos antiguos de todas las regiones y períodos, desde el mesolítico hasta la edad media, que siguen mostrando cambios genéticos posteriores que podrán correlacionarse con cambios a nivel arqueológico».
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