sprites
En vídeo: Los «duendes» que brillan sobre las nubes de tormenta
Los científicos buscan el origen de este extraño fenómeno. Todo apunta a la gravedad y a las disrupciones eléctricas provocadas por los rayos
A más de 40 kilómetros de altura, sobre las nubes de tormenta , la atmósfera es un entorno hostil y misterioso para el ser humano. Más allá del vapor de agua oscurecido y amenazante, a veces es posible observar unas llamaradas furiosas y efímeras que los científicos llaman «sprites» (duendes, en inglés). Son destellos de luz provocados por potentes descargas eléctricas que ocurren en las capas más altas del cinturón gaseoso que separa la superficie terrestre del vacío del espacio.
Ahora, un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Florida y publicado en la revista « Nature Communications », ha captado las imágenes más detalladas hasta el momento del curioso fenómeno, usando cámaras de alta velocidad . Por otra parte, los datos recogidos por los científicos les han permitido elaborar una compleja simulación para entender de una vez por todas cuál es el origen de estos «duendes».
Según el estudio, este fenómeno ocurre como resultado de la acción conjunta de ondas gravitatorias en la atmósfera y a las perturbaciones en los campos eléctricos provocadas por los rayos.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo usó c ámaras de alta velocidad y de alta sensibilidad situadas en dos aviones fletados por la cadena de televisión japonesa NHK. En las imágenes que consiguieron, se observó que se formaba un halo luminoso antes de que el «duende» en sí se disparase, fenómeno predicho por el modelo diseñado por los científicos.
Aparte de la mera curiosidad, los investigadores explican que, al conocer el proceso de formación de los «duendes», se podrá mejorar los sistemas de comunicación de larga distancia, porque actualmente este tipo de distorsiones en la parte baja de la inosfera puede afectarlas.
Historia de los «duendes»
Los «duendes» fueron predichos por el premio Nobel C.T.R. Wilson, en 1924, pero no fueron descubiertos hasta 1989. Se sabe que son disparados por potentes rayos que bajan desde las nubes hasta el suelo, y apenas viven unos cuantos milisegundos. A pesar de todo, su potencia los hace visibles al ojo humano cuando es de noche.
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