De oveja «Dolly» a sabrosa cena en algún hogar parisino
«Rubis», a cuya madre unos investigadores franceses modificaron un gen para producir una proteína fluorescente que convirtiera su piel en transparente, fue vendida por error a algún mercado del centro de París
«Rubis», una oveja a cuya madre la modificaron un gen para que produjera una proteína fluorescente que hiciera su piel transparente y apta para la estudiar los transplantes de corazón, ha terminado en el plato de alguna familia parisina y muy lejos de los investigadores del Instituto Nacional de Investigación Agrónoma (Inra).
Desde este organismo, el presidente de su centro en Joy-en-Josas (Yvelines) Benôit Malpaux , ha asegurado que « su consumo no representa ningún riesgo para la salud» . Una información que fue revelada el martes por el periódico «Le Parisien».
En esta línea, según informa este diario francés desde el Inra insisten en que el gen modificado en la madre de «Rubis», para investigaciones sobre los trasplantes de corazón, «no presenta ningún rastro de toxicidad» y para la salud o el medio ambiente sus efectos son prácticamente nulos. A idéntica conclusión, añade el rotativo parisino, ha llegado la Agencia Nacional de Seguridad Sanintaria (Anses) francesa que considera que el riesgo es «casi inexistente», y considera que se trata de un «hecho puntual».
Como informa la Agencia France- Press, el caso ya está en manos de la Corte de Salud Pública en París. Como apunta una fuente judicial al diario «The Telegraph», «este asunto es increíble y amenaza la credibilidad de un instituto que es conocido por su seriedad . También muestra que, si los hechos se ajustan a la verdad, que las instituciones mejor controladas no se pueden guardar contra rebeldías individuales».
Un acto malicioso
El diario parisino también da un paso más y añade, que la venta de la oveja podría no haber sido un accidente sino un acto malicioso de algún empleado del propio Inra.
«Tenemos la certidumbre de que unos actos individuales inadmisibles se han cometido », afirma Malpaux quien apuntó también a «una sucesión de errores y responsabilidades en toda la estructura jerárquica».Además, añadió, que «el ambiente que reina en el seno de este equipo pudo ser la causa original de estas conductas».
En esta línea, «Le Parisien» apunta la posibilidad de que se impongan sanciones tras un consejo disciplinario previsto para principios del mes próximo. Además ha detenido la venta de aquella parte del ganado, que no ha sido sometido directamente a modificaciones genéticas y detenido toda experimentación.
Polvareda en Francia
La anécdota ha levantado una importante polvareda en el país vecino. Por ejemplo, el ministro de agricultura galo, Stéphan Le Foll, ha exigido al Inra que le ponga sobre la mesa u n plan de acción de aquí al 30 de junio para «evitar que esto se pueda volver a producir». El Inra tiene previsto reforzar los controles con el fin de «permitir una identificación mucho más explícita de los animales que fueron objeto de manipulación genética».
«Este asunto es increíble y amenaza la credibilidad de un instituto que es conocido por su seriedad. También muestra que, si los hechos se ajustan a la verdad, que l as instituciones mejor controladas no se pueden guardar contra rebeldías individuales », afirmó una fuente judicial a «The Telegraph»
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