premio a la innovación
Hispasat premia a Iberespacio por su dispositivo para «evacuar el calor» de los satélites
La «nueva solución» permite el desarrollo de satélites de comunicación «más potentes, compactos y eficientes»
¿Cómo conseguir que la temperatura en el espacio no varíe más de medio grado cuando nada protege del sol y nada calienta a la sombra? El trabajo « Plataforma Térmica Modular para Satélite » de Ibérica del Espacio Tecnología Aeroespacial ( Iberespacio ) ha ganado el Premio de Innovación de Hispasat en su 25º aniversario por la forma novedosa en la que han conseguido «evacuar el calor» de un satélite de comunicaciones. Se trata de unos dispositivos del tipo «Heat Pipes», unos tubos metálicos que sirven para controlar la temperatura.
Según declara Hispasat en un comunicado con motivo del premio que se otorgará el próximo día 17, «la nueva solución presentada por Iberespacio permite el desarrollo de satélites más potentes, compactos y eficientes ».
A través de unos «superconductores de calor» que consiguen transmitir la tempetratura sin alterar la suya propia, explica Donatas Mishkinis, director técnico de Iberespacio, han conseguido crear un sistema mucho más pequeño y más eficiente. De hecho, tal como ellos lo propusieron, « no se había hecho nunca », asegura Alejandro Torres, director general y coautor de la patente premiada.
En el espacio desde 2010
En 1989, un poco antes que el nacimiento de Hispasat, Iberespacio abrió sus puertas con un objetivo: dirigirse más allá de la Tierra. Algo más de 25 años después, esta empresa madrileña ha visto reflejada su labor en la forma del premio a la innovación. El premio se lo ha concedido Hispasat, la empresa que les permitió enviar al espacio el prototipo que les ha consagrado como referente en el panorama aeroespacial internacional .
El proyecto, sin embargo, se comenzó a gestar en 2008 y vio la luz en Torrejón de Ardoz . Torres y Mishkinis idearon sobre el papel un dispositivo para dispersar el calor que se condensaba en los satélites de telecomunicaciones. «Sobre el papel todo funciona», dice Alejandro. Pero en 2010 el grupo Hispasat les permitió colcarlo en un satélite Hispasat 1E .
El reto era que el proyecto de «arquitectura para la disipación del calor» no interfeririera con la misión del satélite, según explican Torres y Mishkinis. Con esa premisa idearon colocar el dispositivo en un lugar que por su tamaño no se había hecho hasta ahora. En las caras este y oeste de un satélite .
«Imaginemos un satélite de telecomunicaciones, que por lo demás es bien feo», explica Alejandro con algo de humor para una cuestión tan técnica. «Llamamos "norte" y "sur" a las caras que se quedan apuntando por encima y por debajo del eje de la elíptica que coincide con la línea del ecuador», cuenta de forma simplificada. En esas caras «hay más espacio», pero compiten con otros componentes del satélite . La dificultad estaba en hacerlo más pequeño, puesto que «la masa al final es más combustible» y mayor tamaño del dispositivo de lanzamiento.
Iberespacio envía sus productos desde Torrejón a todo el mundo y fuera de él. Space System Loral (SSL) en EE.UU, Airbus Defence & Space, Thales Alenia Space y OHB en Europa y agencias espaciales como la Europea (ESA), la Japonesa (JAXA), la Francesa (CNES) y la Alemana (DLR) son algunos de sus clientes.
En uno de esos proyectos, un láser de comunicación , la tarea era mantener una variación térmica de medio grado para que la dilatación de los materiales no moviera el disparador del rayo de su sitio, mientras que el radiador que evacúa el calor puede llegar a los 170ºC.
Independencia
El secreto de su éxito está en su independencia. En su nave crean desde la nada sus dispositivos. Esto les permite no sólo una mayor eficacia a la hora de investigar, sino mantener de forma estricta los tiempos de entrega acordados con los clientes. Y es que «si hay voluntad» las cosas pueden hacerse, porque «hablando conseguimos lo que queremos», cuenta Alejandro.
En Iberespacio trabajan actualmente algo más de cien personas gracias en parte a su labor en I+D. «El talento llama al talento», explican. «Aquí viene gente porque quiere trabajar con nosotros », cuenta Alejandro, que se pregunta cómo no hay mayores facilidades y mayor constancia a la hora de invertir en proyectos de innovación y desarrollo. Sin embargo explican que el campo del I+D debe contar con «todo el rigor y la exigencia en los resultados» para que las subvenciones «no sirvan para hacer cifras de negocio». Además, la clave tanto del éxito empresarial como de los proyectos de innovación está en la previsión y en la anticipación .
A medio camino entre un taller de mecánica y un laboratorio secreto, en la nave en la que se encuentran –pronto se trasladarán a otra de casi 7000m2– tienen los materiales y los medios necesarios para fabricar sus dispositivos aeroespaciales. Maquinaria de precisión nanométrica y otros instrumentos mucho más mundanos de lo que nadie se podría imaginar. Y es que la innovación científica es para ellos una tarea casi de andar por casa.
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