El peligro de la contaminación lumínica para las aves marinas
Un nuevo estudio ha descubierto que la luz artificial desconcierta a estos animales, algunos de los cuales caen al suelo tras sufrir su impacto
Son miles las aves marinas que, jornada tras jornada, abandonan su nido en plena noche para volar hacia el océano. No obstante, son otras tantas las que, durante el trayecto, caen al suelo o chocan contra edificios tras ser deslumbradas por la luz artificial de las ciudades o las carreteras. Concretamente, y tal y como afirma un nuevo estudio, la cifra de los polluelos que se desploman cerca de sus lugares de cría es de un 50% y que las especies más afectadas son aquellas más alejadas del agua .
La investigación (publicada en la revista « Scientific Reports ») ha sido realizada en Canarias gracias al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha estudiado además qué niveles de luz y a qué distancia se puede provocar esta desorientación. Todo ello, con el objetivo de que estas aves marinas no impacten contra edificios o árboles y terminen cayendo al suelo, donde son pasto de depredadores y de los conductores.
Los datos obtenidos muestran que el 50% de los pollos cae cerca de sus lugares de cría, en un radio de tres kilómetros, y que las colonias de aves más afectadas son aquellas localizadas tierra adentro. Además, la investigación ha determinado que los pollos inician el vuelo hacia el mar en las tres primeras horas después de la puesta de sol, coincidiendo con los mayores niveles de contaminación lumínica .
Una investigación mediante GPS
«Con el objetivo de conocer las causas de este fenómeno, que parece no a fectar a los ejemplares adultos , hemos marcado los pollos con dispositivos GPS para conocer su vuelo. Además, para evaluar cómo les afectan los niveles de luz hemos usado imágenes de alta resolución tomadas vía satélite», explica el investigador del CSIC Airam Rodríguez, de la Estación Biológica de Doñana.
Con todo, los expertos han señalado que aún queda trabajo por hacer. Para empezar todavía deben averiguar si esta luz afecta o no a las aves con más edad. Por ello, este año, durante la época reproductora, empezarán a marcar con GPS a los ejemplares adultos para determinar si evitan zonas urbanas para alcanzar las colonias de cría o si, por el contrario, las atraviesan sin desorientarse. «Podría ayudarnos a comprender mejor este fenómeno y tratar de evitar los altos índices de mortalidad entre los pollos», añade Rodríguez.