Todo a punto para el primer vuelo del avión espacial europeo
El prototipo, que será lanzado esta tarde, es un primer paso para construir un lanzador europeo mayor
Si todo marcha según lo previsto, a las dos de la tarde, hora española, el nuevo vehículo espacial europeo IXV (Vehículo Experimental Intermedio) despegará de la base espacial de Kourou, en la Guayana francesa, a lomos de un cohete lanzador Vega, para llevar a cabo su primer vuelo experimental.
Será una misión corta, de apenas 100 minutos de duración, destinada a poner a prueba todos los sistemas de este prototipo, construido por la Agencia Espacial Europea (ESA) para que el Viejo Continente se sitúe a la altura de Estados Unidos y Rusia y pueda disponer de su propio avión espacial reutilizable. El IXV se separará del lanzador a una altura de 320 km. sobre la superficie terrestre y seguirá subiendo hasta los 450 km. para descender después planeando y por sus propios medios hasta el Pacífico, hinchar unos globos que le permitan mantenerse a flote y ser finalmente recuperado por un buque que lo estará esperando.
El orgullo espacial de Europa
El IXV no es un avión de gran tamaño. Sus dimensiones son 5 metros de largo por 2,2 metros de ancho y 1,5 metros de alto, pero es el primer gran paso del proyecto europeo Pride (Orgullo), cuyo objetivo es construir un lanzador mayor, del estilo de los antiguos transbordadores norteamericanos pero con tecnologías completamente nuevas. La versión mayor del nuevo avión espacial, según la ESA, podría estar listo dentro de tres o cuatro años.
En la reentrada en la atmósfera alcanzará los 2.000 grados
El momento más complicado de toda la misión será el descenso y la reentrada en la atmósfera, donde el vehículo deberá resistir una temperatura exterior de casi 2.000 grados y penetrar con el ángulo exacto para evitar quemarse. Durante esta delicada fase, que durará 20 minutos y comenzará a una altura de 120 km., el IXV volará a 7,5 km. por segundo y dependerá por completo de los paneles de fibra de carbono de su panza, que deberán protegerle del infierno exterior.
Se trata de la primera vez que Europa ensaya con esta clase de vehículos espaciales reutilizables, básicos para misiones de suministro a la Estación Espacial Internacional , evacuación de astronautas, mantenimiento y reparación de satélites o, incluso, para llevar a cabo tareas de «basurero espacial» y retirar de la órbita terrestre fragmentos de chatarra potencialmente peligrosos.
La nave, cuyo coste es de 150 millones de euros, ha sido construida en su mayor parte por la empresa italiana Thales Alenia Space , con la colaboración de casi cuarenta compañías europeas, varias de ellas españolas.